Por César Sánchez Martínez / PARACAS
En 1996,
bajo la presidencia de Pablo Bustamante Pardo, el entonces Instituto Peruano de
Administración de Empresas (IPAE), hoy Acción Empresarial, lanzó un reto
revolucionario a todos los asistentes a la Conferencia Anual de Ejecutivos
(CADE) que se desarrolló en Arequipa: “El Perú debería ser el jaguar de América
Latina en el Bicentenario”. Esa cumbre
empresarial marcó un hito histórico. Tal vez pocos recuerdan a los expositores,
pero todos sí recuerdan el reto de ser el jaguar de América Latina con una
serie de propuestas para el desarrollo social en el Bicentenario, siempre bajo la
sombra del “espíritu de Paracas”.
Como se
sabe, hasta el inicio de la década de los cincuenta, las empresas en el Perú,
con muy pocas excepciones, estaban administradas de manera empírica por cúpulas
familiares. Como bien se afirma en la historia de la CADE, en ese contexto,
Carlos Vidal Allende convocó a un pequeño pero entusiasta grupo de empresarios,
que se reunió a fines de 1956.
Su propósito
era encontrar una forma de difundir y fomentar la administración científica de
las empresas peruanas, buscando contribuir de esa manera a mejorar su desempeño
y, con ello, generar una mayor riqueza para el país. El grupo organizó algunos
eventos y en abril de 1959 se constituyó formalmente, naciendo el “espíritu de
Paracas”, en alusión a las reuniones que durante los primeros años se realizaba
en el balneario iqueño.
La CADE fue pionera
de la enseñanza en gestión y administración en todo el ámbito nacional, ayudó a
poner temas prioritarios en la agenda del país y contribuyó a la formación de
instituciones como IPAE Escuela de Empresarios, Universidad ESAN, Bolsa de
Valores de Lima, SENATI, CONFIEP, Consejo Nacional de la Competitividad,
Observatorio de Educación y Empleo y muchas otras instituciones.
La historia
registra que las CADE se han consolidado como los espacios de reflexión y
diálogo más reconocidos del país, gracias a su continuidad y participación de
los líderes empresariales y los principales actores del sector privado, público
y academia.
A lo largo
de los años, IPAE ha realizado una serie de ideas e iniciativas, dando origen a
instituciones, que contribuyen al logro de sus objetivos, como son la CADE
Educación, CADE Universitario y ahora la CADE Digital. Sin olvidarnos que, en
su momento, cuando se impulsaba a la pequeña y microempresa, estaba la CADE
MYPE.
Creemos que
falta mucho para convertirnos en el nuevo jaguar de América Latina. Hemos
avanzado, pero cómo había mucho por hacer, aparte de algunas distracciones que
hemos tenido como país en los últimos años, se ha perdido un tiempo muy
valorado.
La misión de
IPAE es “Convocamos, reflexionamos, proponemos y ejecutamos iniciativas para el
desarrollo de la institucionalidad, la economía de mercado, la empresa y la
educación en el Perú”. Qué bueno, se ha cumplido con creces, ahora toca a los
gobiernos de turno no perderse en los diversos problemas coyunturales o de
portada periodística.
Si la visión
es “Ser fuerza propulsora del empresariado por un Perú desarrollado”, entonces sigamos
adelante y retomemos el camino. Quizá no seremos el jaguar en el Bicentenario,
pero por lo menos busquemos que haya nacido por lo menos. En esa jungla de
problemas, donde el principal cazador es la corrupción, los jaguares son
felinos que saben salir adelante y pocas veces se dejan capturar.
Recordemos
que estamos comprometidos con el desarrollo del país y el bienestar de todos los
peruanos y lo plasmamos en acciones con nuestras iniciativas; y que
actuamos en temas prioritarios de alto impacto para el desarrollo del Perú.
También que
aprendemos de nuestros logros y nuestros errores; estamos atentos a los cambios
del entorno para anticiparnos y generar mayor valor en nuestras acciones; y que
nos regimos siempre por la ética, la legalidad y las buenas prácticas
corporativas, siendo coherentes y predicando con el ejemplo.
Finalmente,
la convocatoria es plural, fomentamos la institucionalidad, y actuamos con
independencia respecto de intereses particulares y partidarios
Cada año empresarios y altos ejecutivos, autoridades,
expertos, jóvenes líderes y empresas comprometidas con el desarrollo del país
forman parte, ad honorem, de las iniciativas en la CADE.
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