martes, 18 de junio de 2019

EN EL COMERCIO EXTERIOR, NO SÓLO ES EL OCEÁNO

El autor de la nota.
Por Francisco Ulloa / LIMA

Las últimas proyecciones de crecimiento económico entregadas por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) destacan una caída en los números en países como Chile (3,3%), Perú (3,6%) o Ecuador (0,4%), dando un total a América Latina de 1,3%, cuatro décimas menos que el 1,7% que el organismo entregara en diciembre del año pasado. Con estas cifras presentes es necesario que tanto públicos como privados impulsen las mejoras necesarias para ayudar a fortalecer nuestro bloque regional, partiendo de la base de que para lograr esto se debe innovar y sobre todo invertir. ¿Invertir en qué, por ejemplo?: En expandir los servicios.
Aunque representa el 90% del comercio mundial, el viaje en barco es tan solo la parte final del recorrido, y sería bueno repensar las vías para llegar a esa instancia con nuevas estrategias que aporten eficiencia y productividad.
Un contenedor no nace arriba de un buque y el proceso detrás muchas veces se convierte en una tarea titánica debido a falencias en infraestructura y logística. Si bien durante los últimos años se han tenido crecimientos importantes a nivel macro, lo cierto es que se debe hacer mucho más si se quiere mantener un ritmo competitivo. Esto es aún más crítico cuando buscar la manera de potenciar las economías regionales y no depender de las potencias se ha vuelto un aprendizaje y un deber adquirido tras la explosión de la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.
La cadena exportación/importación debe ser reevaluada y mejorada, sobre todo en lo que respecta al servicio en tierra: conexiones, rutas, movilidad, digitalización, procesos operativos; todos puntos que son necesarios estudiar y perfeccionar. Estas respuestas pueden tomar diferentes formas como la resurrección del ferrocarril, digitalización mediante la adopción de tecnologías emergentes y blockchain en todas las capas público/privada, mejor gestión de almacenaje y empaquetado, entre otros. Desde que una caja con frutas sale del campo hasta que se asegura el último contenedor, cada uno de los pasos deberían generar beneficios, ahorro de costos, tiempo. En suma, el llamado es a desarrollar e implementar una cadena de valor eficiente, efectiva y sustentable.
La importancia de conseguir un proceso logístico integral en la industria es urgente porque es la base fundacional de la mejora en todos los procesos y, por ende, génesis de un buen mercadeo con el resto del mundo. Es fundamental, por ende, que todos los actores de la industria comprendan que lo que pasa afuera del océano es tan importante como lo que ocurre dentro, no solamente desde el aspecto de entregar más y mejores soluciones a los clientes, sino que también para mejorar y proteger el comercio internacional de los países al tener una estructura sana y completa.
Con la “guerra comercial” aún en curso, la oportunidad de crecer en una crisis está dada. Por supuesto que no será fácil mejorar (o, en algunos casos, crear) estos servicios, significará un reordenamiento de muchos factores y la necesidad de que todos los actores involucrados tengan opinión y voto; pero, si no comenzamos pronto, estaremos perdiendo una oportunidad única para sobresalir: solo dependemos de nosotros para ir acorazándonos y ofrecer mejores opciones para seguir fortaleciendo el comercio internacional.

El autor es director general Maersk para la Costa Oeste Sudamérica.

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