ARTÍCULOS Vivimos tiempos de
crisis política en las instituciones partidarias y, por lo tanto, en la administración
pública que genera inestabilidad social con impacto negativo en la economía y
el costo de vida que cada día crece más.
Los recientes nombramientos de ministros de estado crean dudas en un sector de la opinión pública, produciendo una crisis de gobernabilidad. También, las actitudes de algunos opositores revelan los tradicionales "antis" a todo.
Hay quienes ven en el presidente José Pedro Castillo Terrones (Cajamarca 1969) al mismísimo diablo y a sus ministros como los demonios del siglo 21. Está comprobado que algunos altos funcionarios del nuevo gobierno tienen un pasado subversivo y otros reflejan una dudosa reputación, especialmente en la trayectoria política vinculada con bandas criminales que dañaron al Perú.
Sin embargo, no se debe confundir la lucha política de los años 50-60 con los enfrentamientos armados contra la delincuencia y criminalidad armada de los años 80-90. Son grupos y realidades diferentes.
LOS GUERRILLEROS
En los años 50-60 el
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) fueron movimientos de orientación leninista-maoísta, obviamente
ambos comunistas.
Por un lado, el leninismo se basada en la filosofía marxista que promovió el líder bolchevique ruso Vladimir Ilich Uliánov (Lenin) mediante la revolución rusa de 1917; pero por el otro lado, el maoísmo era un pensamiento marxista promovido por Mao Zedong (Mao Tse-Tung), creador del Partido Comunista Chino, que ocasionó la revolución china en 1949.
En esos años, el mundo vivía bajo dos sistemas que se disputaban la supremacía política de las naciones.
Como ejemplo tenemos a las experiencias de corte comunista como la Revolución Cubana en 1959 con Fidel Alejandro Castro Ruz (Birán 1926 – La Habana 2016); el Ejército de Liberación Nacional “Tupamaros” de Uruguay en 1960 con José Alberto Mujica Cordano (Pepe Mujica) como uno de sus líderes; y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con Pedro Antonio Marín Marín (alias “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”) y otros desde 1964.
También estaba el mayor grupo guerrillero de Argentina, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) liderado por Mario Roberto Agustín Santucho (Santiago de Estero 1936 – Villa Martelli 1976) en 1965, fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), y otros grupos argentinos integrados por radicales, algunos con pasado peronista.
En Brasil se formó el Comando de Liberación Nacional (COLINA), siendo una de sus militantes la ex presidenta Dilma Rousseff; y en Chile estaba el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) liderado por el médico Miguel Humberto Enríquez Espinosa (Talcahuano 1944 – Santiago 1974), quien fue el líder desde 1967.
Había otros movimientos insurgentes en diversos países de América Latina y el Caribe, todos influenciados por la experiencia cubana que buscaban defender o reivindicar derechos a favor de los oprimidos (obreros y campesinos) que eran víctimas de los grupos de poder, que no respetaban la dignidad humana.
En el caso peruano, el MIR se formó sobre las bases del disidente grupo APRA Rebelde, siendo su líder Luis Felipe De la Puente Uceda (Santiago de Chuco 1926 - 1965) y uno de sus integrantes fue el poeta Javier Heraud Pérez-Tellería (Lima 1942 – Puerto Maldonado 1963), aquel que escribió en su poemario “El viaje”:
“…Yo no me río de la
muerte,
simplemente sucede
que no tengo miedo de
morir
entre pájaros y
árboles…”
Efectivamente, Heraud murió entre los árboles y los pájaros en un enfrentamiento armado con la entonces Guardia Republicana del Perú en la selva de Madre de Dios en 1963.
ASESINOS Y LADRONES
El 18 de mayo de 1980
hace públicamente su aparición el grupo armado Sendero Luminoso, liderado por
el profesor universitario Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso, simplemente
Abimael Guzmán o “camarada Gonzalo”.
Este grupo nunca fue guerrillero. Se dedicó a asesinar a líderes populares, mujeres, niños, alcaldes, empresarios, campesinos, policías, militares, parlamentarios, profesores, ecologistas y civiles que morían, no en encuentros armados, sino que eran asesinados selectivamente. Los famosos “coches bombas” era el principal accionar público de este grupo en los diversos atentados que casi diariamente ocurrían en el país.
Al final este grupo terminó aliándose con narcotraficantes, que a cambio de protección recibían dinero para sus fechorías. Raptaban niñas y adolescentes para convertirlas en sus mujeres. Cientos de niños campesinos fueron secuestrados para formarlos ideológicamente e integrarlos como miembros de su grupo.
CRIMINALES Y SECUESTRADORES
En 1982 surgió el Movimiento
Revolucionario “Túpac Amaru” (MRTA) fundado por Víctor Polay Campos, ex
militante del Partido Aprista Peruano. Este grupo quiso emular al MIR, pero se
caracterizó en secuestrar empresarios para obtener fondos para su accionar
insurgente. Sus integrantes quisieron ser guerrilleros, pero terminaron como
delincuentes y criminales.
El objetivo fue secuestrar a empresarios, no atentaron contra las llamadas clases populares, pero en términos generales, tampoco reivindicaron luchas sociales a favor de los más necesitados. La última acción fue la toma de la residencia del ex embajador de Japón en el Perú, Morihisa Aoki. Todo terminó en 1997 con la muerte de 14 secuestradores liderados por Luis Néstor Cerpa Cartolini (“Evaristo”).
BICENTENARIO
En el año del
Bicentenario, el Prof. José Pedro Castillo Terrones ha sido elegido presidente
constitucional del país. Nos represente o no, hayamos votado por él o no, es el
presidente de todos los peruanos. Ganó por pocos votos, pero ganó según las
autoridades del Jurado Nacional de Elecciones. La forma cómo venció puede ser
discutida, pero es el ganador.
El presidente ha nombrado a sus ministros, siendo el responsable de la cartera de Relaciones Exteriores, el escritor y sociólogo Héctor Béjar Rivera, profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Se le acusa de haber sido guerrillero y que militó en el MIR. Esos datos son ciertos.
Si el poeta Javier Heraud estaría vivo, quizá hubiera sido nombrado ministro de Cultura, así como Pepe Mujica y Dilma Rousseff, quienes llegaron a ser presidentes de Uruguay y Brasil respectivamente. Algunos congresistas colombianos fueron en su momento miembros de las FARC. En el Perú, las guerrillas ya no existen.
No obstante, algunos ministros de la administración Castillo tienen y tuvieron vínculos con Sendero Luminoso. Se puede estar en el mismo camino, pero con destinos y objetivos diferentes. Tiene que haber un deslinde público con los grupos criminales que tanto daño hicieron al país.
Aquellos que pretenden hacer lo contrario deberían dejar la administración pública.
Si con el transcurrir de los días se observa que existe cierta orientación para alcanzar un régimen totalitario que viole la Constitución Política del Perú y los principios democráticos, la situación cambia y cualquier reclamo es válido en las calles y medios de comunicación, Todo en defensa de la democracia.
CÉSAR SÁNCHEZ MARTINEZ (Lima, 1957) es periodista y escritor. Especializado en Economía, Liderazgo y Ciencias Bíblicas (Historia y Geografía bíblica), tiene publicados más de mil artículos en temas de su especialidad. Es miembro de la Primera Iglesia Bautista del Callao desde 1974.
cesarsanchez05@gmail.com
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