martes, 20 de diciembre de 2016

EXPORTACIONES ACUÍCOLAS ASCIENDEN A US$ 300 MILLONES POR AÑO

 ECONOMÍA  Las exportaciones acuícolas suman US$ 300 millones de dólares anuales de productos acuícolas y que se ven reflejadas por sus dos principales  productos que son: langostinos (US$ 150 millones), conchas de abanico (US$ 140 millones) y otros (US$ 10 millones), reveló el presidente del Comité de Pesca y Acuicultura de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Alfonso Miranda Eyzaguirre. Adicionalmente, informó que la trucha genera otros US$ 150 millones anuales aunque, esta se comercializa principalmente en el mercado local.  "Indicó que estas cifras varían de acuerdo a eventos de la naturaleza que afectan la producción", indicó.

Tras manifestar que en 2015, el 60 por ciento de las exportaciones acuícolas se concentraron en langostinos y el 30 por ciento en conchas de abanico, aseguró que todos los productos hidrobiológicos que se logren cultivar tendrán una buena demanda, pues "los productos acuícolas, una vez que alcanzan una masa crítica y una continuidad de oferta, logran posicionarse en los mercados internacionales y nacionales".
De otra parte, Miranda Eyzaguirre sostuvo que es necesario una reflexión por el día de la acuicultura (30 de noviembre), pues se trata de una actividad de gran potencial y que ha venido creciendo durante los últimos años. "Es una tarea urgente que no dejemos pasar esta gran oportunidad que tenemos los peruanos", afirmó.
El representante de la SNI informó que el Perú cuenta con 3,080 km de litoral marino, así como 12,000 lagos y lagunas que brindan grandes perspectivas para el desarrollo de la producción acuícola. 
"Por ello, si la explotación de estos recursos se da de manera sostenible, se convertirán en una fuente de alimentación sana y renovable para la población futura debido a su alto contenido de proteínas", mencionó el titular del Comité de Pesca y Acuicultura de la SNI.
Asimismo, señaló que la acuicultura es una actividad generadora de mano de obra intensiva y divisas a través de sus exportaciones.
De otra parte, Miranda Eyzaguirre manifestó que el Estado debe promover activamente la acuicultura, de manera similar a lo que hace con la agroexportación  y que  en los próximos 5 años podremos ver los resultados de una política de Estado que promueva la acuicultura.
En ese sentido, sostuvo que el aporte del Estado se vería reflejado en la modernización de la infraestructura de investigación, fomentando el uso de la tecnología, impulsando el desarrollo de capacidades técnicas, consolidando las operaciones de los acuicultores existentes, mejorando la regulación pesquera y simplificando los procesos de control. 
"El consumo interno de productos acuícolas también debe fomentarse, dado que actualmente son pocas las especies que se desarrollan y su consumo interno aún es limitado", afirmó. 
El empresario pesquero manifestó que el Estado tiene que jugarse con sus empresarios como lo han hecho otros países que han conseguido un desarrollo en este campo. 
“Notamos claras señales de interés por hacerlo en las nuevas autoridades del sector y eso nos hace estar muy optimistas”, afirmó.
Por ejemplo, precisó que especies como la trucha tienen un consumo interno de 82 por ciento de lo producido, mientras que esta cifra es de apenas aproximadamente seis por ciento en el caso del langostino y los peces amazónicos, mientras que el dos por ciento en conchas de abanico.
PROFESIONALES
Al referirse a los profesionales que se dedican a la actividad acuícola, Miranda Eyzaguirre manifestó que la cifra ha aumentado durante la última década. 
"Si bien no se cuenta con cifras de oficiales al 2016, se estima que el sector emplea alrededor de 20,000 personas en el langostino, unas 15,000 en la concha de abanico y otras 15,000 en la trucha, sin contar la demanda laboral en las demás especies", reveló.
Cabe resaltar que el surgimiento de nuevas carreras y cursos afines a la acuicultura en universidades como la Universidad Agraria, Científica del Sur, Cayetano Heredia y la Universidad del Santa en Chimbote, constituye un paso importante en la profesionalización de la actividad acuícola.

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