Por Eduardo Iñiguez
Castro / LIMA
En
mi trabajo de Consultoría en diversas Entidades Financieras (IFI) encontré una
correlación directa entre la calidad de cartera y el método de trabajo llevado
a cabo internamente para determinar la viabilidad de un crédito para una
Mype/Pyme, obviaremos por sentido común el nombre de las entidades financieras
referenciadas. Centraré
en esta oportunidad el análisis, en la importancia de determinar el margen de
ventas de una microempresa (la llamaremos Mype/Pyme), la que, en mi concepto,
luego de aproximado el nivel de ventas mensuales, es el aspecto critico desde
el punto de vista del riesgo de crédito. Lo relevante en mi hipótesis son los
motivos que sustentan la validez de efectuar el cálculo del margen de ventas
para una Mype.
Para
el efecto definiremos previamente una microempresa como aquella unidad de negocios
dedicada a la comercialización, producción o generación de servicios,
caracterizada por su dirección unipersonal, ampliando dicha definición con los
parámetros establecidos por la Superintendencia de Banca y Seguros en la
Resolución 11356 2008, la cual considera el nivel de endeudamiento vigente como
elemento clasificador.
Entonces,
una vez captado o asignado el prospecto crediticio, el funcionario de negocios,
deberá realizar los elementos del análisis subjetivo (cualitativo),
identificando entre otros la característica del mercado circundante al negocio,
la potencialidad de este y los riesgos inherentes.
Las
variables mencionadas tomarán una preeminencia especial una vez se inicie la
evaluación cuantitativa.
Cuando
el funcionario considere que el prospecto Mype/Pyme es apto para continuar con
la etapa donde determinará la capacidad de pago lo primero que tratará de
estimar es el nivel de ventas; para el efecto levantará la data sobre las
ventas promedio, cruzará dicha información con las ventas del día, y las del
día anterior; verificará en la medida de lo posible el saldo de caja disponible.
Para
concluir con el análisis tratará de evidenciar al máximo posible las ventas y
compras con las boletas, facturas y cualquier otro documento disponible,
incluyendo el “cuaderno de ventas” (evitaré utilizar alguna otra expresión al
respecto).
En
este aspecto sugiero tener definido las compras que realiza el empresario,
aplicando entre otros la “técnica de regresión”; si tenemos claro las compras
podemos tener mayor certeza de las ventas que declara el prospecto. El proceso
señalado se aplica puesto que la data disponible y verificable es insuficiente
para determinar las ventas y el margen neto generado para cuantificar la
capacidad de pago.
Hasta
este punto, el Analista de crédito concienzudo es consciente que le falta mayor
solidez a la información levantada, felizmente sabe que cuenta con una
herramienta adicional para reducir la brecha de desconfianza que aun mantiene.
Y
aquí regreso al punto de partida de este artículo; por una cuestión de
practicidad, o de reducción de costos o quizá por crecimiento espontaneo de las
colocaciones se estableció en algunas Entidades Financieras con productos
crediticios Mype/Pyme una tabla de margen de ventas “a priori” por tipo de
negocio para determinar la utilidad (o excedente) generada por la empresa.
La
premisa que fundamento se describe en el grafico que a continuación se
presenta:
Como
podemos apreciar, determinar el margen de ventas o no, puede llevarnos a diferentes
caminos que tienen una relación directa con el riesgo que deseamos gestionar en
la operación de créditos con la Mype/Pyme.
Elaborar
las evaluaciones crediticias considerando tablas de márgenes de venta
preestablecidas tiene a saber dos rutas posibles; coincidir con el margen del
mercado por lo que la Entidad Financiera (IFI) asume un riesgo medio, con lo
que se mantiene un riesgo residual; la
siguiente situación es que el margen no responda a la realidad del negocio con
lo que la IFI asume un riesgo alto llevando los créditos aprobados tarde o temprano a situaciones de no pago, un
indicador de mora creciente y en consecuencia menores niveles de rentabilidad
progresivamente.
El
autor es economista graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, egresado
de la Escuela de Post Grado de la Universidad San Ignacio de Loyola. MBA con
especialización en Negociaciones Internacionales en la Universidad de Tampa
Florida EE. UU. Realizó estudios de especialización en Metodología de Crédito
para las Microfinanzas realizado por la Fundación de Cajas (GTZ alemana) y ha
sido subgerente en Mibanco, Banco de Comercio, gerente regional en el Banco
Agropecuario (Agrobanco) y gerente de Créditos en la Edpyme Credijet.
Actualmente
es consultor en empresas como asesor financiero, experto en temas de Desarrollo
de Estrategias de Negocios, Tecnología Crediticia, Riesgos y Recuperación en
diversas cajas municipales, financieras y cooperativas. También se desempeña
como docente facilitador como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, IFB
– CERTUS, etc. Escribe para el periódico CERTEZA y el suplemento Microfinanzas.
EL SEGUNDO CAMINO
El
segundo camino, es determinar el margen de venta vía metodología que se podrá explicar
detalladamente en un próximo artículo.
Esta
metodología explora la estructura del
negocio de manera profunda, entiende la lógica desarrollada por el
emprendedor para generar riqueza, en este sentido se adecua a la realidad concreta,
al tamaño del negocio, a la ubicación de este, a la composición de los
productos, a la participación y periodicidad en sí de cada uno de ellos en el
proceso de venta, en resumen, explica la naturaleza del negocio evaluado.
En
conclusión, esta metodología mitiga el riesgo de la evaluación, sin eliminarla,
por la cercanía que se obtiene del negocio, con lo cual se logra generar una
operación crediticia de riesgo bajo. Asimismo, dependiendo de cómo se elaboré,
podrá incluso validar las ventas estimadas inicialmente.
Como
conclusión, puedo aseverar que la metodología de cálculo de margen de ventas no
debería obviarse, es más debe profundizarse su aspecto técnico, por la riqueza
de los “submercados” en el cual nos desenvolvemos en el Perú además por la naturaleza
que caracteriza a nuestros emprendedores de la micro y pequeña empresa.
Finalmente,
la tarea de fortalecer continuamente la capacitación de nuestro personal
técnico es la mejor inversión que puede realizar cualquier entidad financiera.
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