Miranda
Eyzaguirre informó que, en los últimos 20 años, la pesca artesanal peruana de
se ha convertido en una de las más importantes del mundo, al aportar cerca del
50 por ciento de la oferta global de calamar gigante y brindar sustento a
decenas de miles de familias.
Sin
embargo, recordó que, hasta hace poco, apenas nueve embarcaciones peruanas
estaban inscritas en el registro de la Organización Regional de Ordenamiento
Pesquero del Pacífico Sur (OROP-PS), encargada de regular la pesquería en aguas
internacionales.
Al
respecto, señaló que más de 600 barcos industriales chinos operaban en aguas
internacionales frente a Perú, Ecuador y Chile, mientras que los países
costeros permanecían prácticamente excluidos de acceder a ese mismo recurso,
pese a su cercanía.
El
titular de CALAMASUR dijo que, recientemente, este escenario comenzó a cambiar
gracias esfuerzos conjuntos entre el sector artesanal y el Ministerio de la
Producción (PRODUCE), que han impulsado la consolidación de una flota peruana
con presencia activa en altamar.
“Según
datos disponibles en la plataforma SISESAT (Sistema de Seguimiento Satelital)
para todos, cerca de 500 embarcaciones artesanales de Perú ya figuran en el
registro de la OROP-PS, un logro que abre una oportunidad para que el Perú
consolide su propio historial de pesca en aguas internacionales y así asegurar
su participación en futuras decisiones de manejo. Confiamos que PRODUCE
agilizará, aún más, el proceso de inscripción de nuestras naves en la OROP-PS”,
puntualizó.
Agregó
que este logro también responde a las recientes políticas del país a fin de
proteger su soberanía y garantizar una pesca sostenible en dicho recurso.
Miranda
Eyzaguirre recordó que, en 2024, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo N.º
014-2024-PRODUCE, una norma que refuerza los controles al ingreso y operación
de flotas extranjeras en puertos peruanos a fin de combatir la pesca INDNR en
sus aguas.
El
presidente de CALAMASUR manifestó que esta medida marcó un paso clave en la
vigilancia y el ordenamiento pesquero.
“Así
como el Perú ha logrado que la flota extranjera no ingrese a sus aguas
jurisdiccionales sin el debido control satelital, hoy está haciendo valer su
presencia en el Pacífico sur con una flota artesanal registrada y operando
legalmente en altamar. Este paso afirma el derecho legítimo de los países de
estados ribereños y fortalece la gobernanza regional”, sostuvo Miranda.
Manifestó
que la coordinación entre las organizaciones del sector artesanal ha sido clave
para registrar casi medio millar de embarcaciones.
En
ese sentido, destacó el rol de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal
(SONAPESCAL), que ha ofrecido talleres y asistencia técnica gratuita a los
dueños de embarcaciones para facilitarles el proceso de registro.
En
paralelo, organizaciones pesqueras como las Cooperativas de La Islilla, La
Tortuga y San José se han sumado a esta iniciativa y vienen promoviendo
activamente la inscripción de sus flotas desde sus propias bases pesqueras.
TECNOLOGÍA EN PESCA ARTESANAL
Por
otro lado, la creciente adopción de tecnologías como SISESAT y radiobalizas,
indispensables para operar en aguas internacionales, ha facilitado y acelerado
el aumento de embarcaciones peruanas registradas, dispositivos que han
fortalecido la vigilancia y la seguridad en la pesca artesanal de altura.
Al
respecto, Percy Bayona, especialista pesquero de la Fundación Innovations for
Ocean Action (I4OA), afirmó que este es un momento decisivo y explicó que los
países costeros tienen hasta el 01 de enero de 2026 para registrar su flota
ante la OROP-PS bajo condiciones especiales que podrían modificarse el próximo
año.
“El
Perú ya cuenta con más de 2,200 embarcaciones con SISESAT y más de 800 con
radiobaliza, lo que muestra que gran parte de la flota ya cumple los requisitos
para operar en altamar. Esto permite que cada vez más embarcaciones puedan
inscribirse en la OROP-PS y consolidar la presencia del país en el Pacífico
sur”, señaló Bayona.
Mientras
tanto, los armadores que se inscribieron oportunamente y cumplieron con los
requisitos, ya se encuentran generando esfuerzo pesquero en altamar.
“El
trámite fue sencillo y rápido; en pocas semanas completamos la inscripción y ya
estamos pescando más allá de las 200 millas. Esto nos da nuevas oportunidades
de trabajo y nos permite competir en igualdad de condiciones con otras flotas”,
contó Julio Suclupe, armador artesanal de San José (Lambayeque).
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