sábado, 19 de abril de 2008

NUEVOS SERVICIOS FINANCIEROS PARA LA PYME

PEQUEÑAS EMPRESAS TIENEN OPORTUNIDADES
Por Jorge Olcese Fernández / Intendente de la SBS

La imagen de un “microempresario” en su taller fabricando calzado, ropa o muebles, es la que interesa a un país y a su economía, y ésta es la que debe y puede construir el crédito. No sólo para asegurar su recuperación, sino para garantizar que el dinero utilizado en ese crédito, que es de los depositantes, se pueda devolver y para asegurar que efectivamente ese dinero contribuya a crear negocios, hacerlos crecer y mantenerlos en el tiempo. Eso hará que los empresarios vinculados a la pequeña y micro empresa (Pyme) sean más competitivos.

Es notorio que el emprendedor vinculado a la Pyme, identificado y acompañado en su gestión administrativa puede crecer y generar en un tiempo prudencial una mediana empresa. Es decir, en esta tecnología no es el crédito lo más importante, sino los diferentes servicios que ofrece la industria microfinanciera que deben adecuarse a las reales necesidades y posibilidades del emprendedor.

Algunas voces han enfatizado que los emprendedores necesitan de un subsidio para acceder al crédito, y que por su pequeño tamaño deben recibir una “ayuda” directa. Es decir, están indicando que se deben usar “recursos” financieros, que serán proporcionados por el Estado (o sea de los impuestos) para que puedan acceder al crédito. Al parecer estas afirmaciones o no enfocan al emprendedor en toda su magnitud y potencial, o simplemente lo están catalogando como una unidad limitada en el tiempo. No de otra manera se podría responder a cómo mantener el subsidio por mucho tiempo.

Lamentablemente, de esta manera es muy difícil, lograr formalizar y hacer crecer a las unidades pyme productivas; pero más importante aún, se introduce la variable “subsidio” en el negocio, lo que lo hace dependiente y puede llevarlo a que el sustento del mismo sea únicamente, o en gran parte, el subsidio, minimizando la parte comercial o productiva del emprendimiento, y perjudicarlo cuando este subsidio no se puede mantener en el tiempo.

En esencia, la tecnología de las microfinanzas apunta a la formación y generación del sujeto de crédito, que en términos financieros busca generar una alternativa financiera más que un crédito, soluciones que puedan ayudar a un emprendimiento pyme a encontrar la fórmula de apoyo para el negocio o la unidad productiva que se está analizando. La metodología entonces puede llegar a ser tan diversa como casos de demanda puedan existir. ¿Pero, cómo se hace?

Para comentar sólo una de las posibles metodologías, podemos tomar como referencia la manera en que actualmente en el Perú, en diferentes zonas productivas del país, ya están trabajando muchos profesionales independientes especializados en articular unidades productivas y en vincularlos con el apoyo financiero. Es esencial tener bien definido el mercado o los posibles compradores, no solo para asegurar la venta, sino porque ellos mismos pueden manifestar su interés en ser vinculados financieramente o como socios en el emprendimiento. Por supuesto que en pequeñas unidades productivas va a ser muy raro, pero en la medida en que se tenga asegurado el mercado de compradores, el articulador se convierte en el mejor vehículo para acceder al apoyo financiero, el que muchas veces no se materializa en un crédito sino en una fianza o un aval ante una entidad financiera.

El articulador, al ser especializado, también participa de la parte productiva, asesorando en la mejor alternativa y la más eficiente desde el punto de vista de la productividad que con seguridad estará atada con el rendimiento desde el punto de vista financiero, para que el emprendimiento sea rentable y para que el resultado de la producción garantice la competitividad del emprendimiento. Aquí es donde se centraliza el desarrollo competitivo del emprendimiento. Se asegura mediante el conocimiento de las alternativas tecnológicas y de producción, así como del mercado comprador, el mayor aprovechamiento de los recursos productivos.

Por ejemplo, muchos emprendimientos agrícolas pueden ser fortalecidos mediante la diversificación del uso del cultivo. A veces el propio cultivo no garantiza un mínimo de rendimiento o su rendimiento puede ser mejorado con explotaciones adicionales que formen parte del conjunto económico de la parcela. También se pueden instalar en laderas programas de reforestación, o planificar sub proyectos de mínima inversión para canalizar los cauces de los ríos colindantes que suministren el agua necesaria. Estas alternativas las genera el articulador especializado, aumentando el potencial productivo y formando una unidad económica rentable y de mejor acceso al crédito.

Esta operación tiene varias ventajas para la pequeña unidad productiva, entre las que se pueden mencionar: que el articulador se constituye en un promotor del emprendimiento; que garantiza la realización y culminación exitosa del mismo porque lo conoce y lo ha generado en su versión de viabilidad financiera; que con su capacidad crediticia puede reemplazar a los emprendedores que son considerados pequeños o artesanales; que así puede obtener mejores condiciones del financista, etc.

En suma, de lo que se trata es de generar sujetos de crédito que sean exitosos articulando diferentes servicios para que el íntegro fortalezca el desarrollo y su permanencia en el tiempo y no el simple hecho de entregarles un crédito, que puede hacer no rentable el emprendimiento en sí mismo y para la entidad financista así como crear factores externos negativos para la economía de la localidad y del país en general.

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