martes, 26 de noviembre de 2024

CONEP CONMEMORÓ 84 AÑOS SIRVIENDO A LA IGLESIA EVANGÉLICA


El Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP) cumplió 84 años de institucionalidad ministerial, sirviendo a la iglesia evangélica peruana en general y lo celebró a lo grande.

Por esa razón, el pasado 18 de noviembre se realizó una ceremonia conmemorativa por los 84 años en su renovada sede institucional, donde se reconoció el trabajo pionero de algunos de sus fundadores como la Iglesia Libre de Escocia (Free Church of Scotland), Latín Link y la Sociedad Bíblica Peruana (institución nacida de la fusión de la Sociedad Bíblica Americana y la Sociedad Británica y Extranjera que operaban desde los inicios de la república).

Fue una reencuentro con ex presidentes del CONEP, líderes y pastores invitados, quienes escucharon la reflexión del Pr. Francisco Vergara y las palabras del presidente institucional, Pr. Eduardo Cocha Maura.

También se presentó la Exposición Documental “El CONEP y la defensa de la libertad religiosa en la década de 1940”, que fue trabajada por el sociólogo historiador Tomás Gutiérrez Sánchez con el apoyo del periodista Fernando Oshige y la ejecutiva Yolanda Ravines. También se realizó la “Cena del Señor”, culminándose luego con una cena literalmente.

HISTORIA

Por historia, el CONEP creado el 17 de noviembre de 1940 es una institución representativa de la comunidad evangélica en el país, aunque en los últimos años se formaron también otros gremios religiosos que agripan diversas comunidades cristianas. El Perú tiene el 14.2% de población evangélica según los resultados de los Censos Nacionales 2017.

El CONEP se formó en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando era presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, quien gobernó al país en su primera administración, en el mismo período de la contienda bélica, entre diciembre de 1939 a julio de 1945.

En esos años, el país vivía una serie de conflictos sociales, muchos de ellos generados por las fuerzas políticas que se enfrentaban. Prado gobernaba a nombre de la Concentración General de Partidos, y aunque aún era un desconocido en la política (más conocido era su hermano Javier Prado Ugarteche), había participado en el golpe de Estado de 1914 que depuso al ex presidente Guillermo Billinghurst, quien era un férreo defensor de no permitir cambios en la Constitución Política del Perú, menos de orden religioso. En esos años, la Iglesia Católica tenía una mayor influencia en la sociedad y los otros credos no católicos eran consideradas como “herejías”.

Esta situación político-ideológico generó diversos escenarios que se presentaron en el país, siendo uno de ellos, el consenso que tenían las diversas iglesias evangélicas, integrada en ese entonces, solamente por las denominadas históricas: Metodista, Anglicana, Presbiteriana, Luterana, Bautista, Nazarena, Pentecostal, Las Asambleas de Dios y la nacional IEP (Iglesia Evangélica Peruana), entre otros grupos de fe cristiana no católica.

Previamente, en las primeras décadas del siglo XX, regía la Constitución de 1860. Un par de años antes, con el apoyo de algunos líderes sociales y congresistas librepensadores, se había iniciado la lucha por la modificación del artículo 4to. de la Constitución en el Congreso que era adverso a entonces presidente Guillermo Billinghurst Angulo, quien fue presidente entre los años 1912 y 1914.

Efectivamente, después de tantas luchas, enfrentamientos, debates en las dos cámaras, y aún, algunos actos de violencia, en noviembre de 1915, se aprobó la Ley 2193 que modificaba el artículo 4to. de la Constitución, suprimiendo el texto final de la norma.

Con respeto a la libertad religiosa, la parte que se suprimía decía: “y no permite el ejercicio público de otra alguna”. Quedando el artículo 4to. solamente en: La Nación profesa la Religión Católica, Apostólica y Romana, y el Estado la protege”. Con ello desaparecía la intolerancia a los cultos no católicos. Ello ocurrió cuando era presidente del Congreso, el senador Rodrigo Peña Murrieta.

Todo ello generó grandes expectativas en los evangélicos. No es que el CONEP se fundó de manera directa en 1940, sino que años antes ya había reuniones y coordinaciones, con la finalidad de hacer un frente común con las diversas denominaciones. Incluso, ya existían los colegios “América” del Callao (Callao, High School, metodista, 15 de setiembre de 1891), “San Andrés” (ex Anglo-Peruano, presbiteriano, 13 de junio de 1917) y “María Alvarado” (ex Lima High School, metodista, 1906).

LUCHAS

Incluso cuando ya se había creado el CONEP, cuando las iglesias empezaron a realizar sus cultos públicos, aún había oposición. Generalmente en provincias. Aún estaba vigente el Decreto Supremo del 4 de enero de 1945 que limitaba la actividad religiosa no católica, a lugares cerrados. Ahí fue donde, nuevamente se generó otra lucha, pero ahora liderada por el CONEP. Fue una lucha de los evangélicos que culminó con la derogación del citado decreto.

Ahora la libertad religiosa se abría a lugares públicos. Varios grupos políticos apoyaron esta iniciativa, entre ellos, los militantes del Partido Aprista Peruano. Cuando las iglesias abrían sus puertas al público eran apedreadas por los vecinos. Ser evangélico era sinónimo de “hereje”, “hijo del diablo” y otros adjetivos. En la mayor parte de los casos, grupos liderados por sacerdotes, apedreaban a las locales de las iglesias y casas del pastor, misionero o creyente alguno. Había mucha ignorancia acerca del evangelio, incluso entre los creyentes. Muchas iglesias cerraban sus locales, pero el evangelio de Jesucristo seguía impactando y cambiando vidas. Un rol importante juega aquí la Sociedad Bíblica Peruana fundada en 1946, institución que traduce interactúa y distribuye la Biblia en todo el país, incluyendo Biblias en quechua y porciones bíblicas en diversas lenguas aborígenes y étnicas.

Ayudó también su influencia en la sociedad, la elección en 1956 del primer evangélico como diputado. Se trataba de José Ferreira García, quien llegó a ser senador por el Partido Aprista Peruano y miembro de la denominación IEP. Tribunos como Armando Villanueva del Campo le llamaba “Obispo senador” y el patricio Javier Valle Riestra, simplemente le decía “Reverendo García”. Antes había conocido a Víctor Raúl Haya de la Torre en la Universidad de Oxford en Londres, cuando fue a escuchar una cátedra sobre literatura hispanoamericana, dictada por el fundador del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana).

Luego llegaron nuevas misiones y se abrían iglesias, colegios, hospitales, ONG y otras organizaciones de orientación evangélicas, entre ellas Radio del Pacífico, “una señal para un mundo apresurado”. Otros ciudadanos también fueron elegidos congresistas. Con las proyecciones y datos, podemos afirmar que la iglesia evangélica representa quizá el 20% de la población en la actualidad.

Cuando se creó el CONEP, se usaba la revisión bíblica de 1909, porque 20 años después de creado el CONEP, se puso en vigencia la revisión de 1960 de la Biblia, con la cual ha crecido la iglesia evangélica en su totalidad. A inicios de los años 60, a la traducción Reina-Valera de 1960 la consideraban como una “Biblia hereje”, porque muchos de los creyentes se habían acostumbrado a la versión de 1909. Es lo mismo que ahora ocurre con traducciones como la RVC (Reina Valera Contemporánea) y TLA (Traducción al Lenguaje Actual), que son llamadas a influenciar en los siguientes años.

El CONEP es la institución que representa a las iglesias evangélicas del país ante el Estado y la sociedad peruana. Está integrado por diversas organizaciones entre iglesias, misiones y organizaciones de servicio que desarrollan su labor pastoral y misionera en todo el territorio nacional.

La misión de la institución es promover el encuentro, el diálogo y la cooperación de la comunidad evangélica para la acción conjunta al servicio de la iglesias y el país.

Su visión está posicionada por su capacidad proactiva para contribuir a la transformación del ser humano y la sociedad peruana, fundamentada en los valores del evangelio del Reino de Dios.

En la actualidad, el CONEP es un actor principal en la organización de las Ceremonias de Acción de Gracias por el Perú, que cada año se realiza en coordinación con la UNICEP y con el respaldo de las mayor parte de las iglesias. También, realizan en la sede de la SBP los llamados “Desayunos Mensuales” donde abordan diversos temas para el crecimiento y fortalecimiento de la iglesias.

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