El
Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP) cumplió 84 años de
institucionalidad ministerial, sirviendo a la iglesia evangélica peruana en
general y lo celebró a lo grande.
Por
esa razón, el pasado 18 de noviembre se realizó una ceremonia conmemorativa por
los 84 años en su renovada sede institucional, donde se reconoció el trabajo
pionero de algunos de sus fundadores como la Iglesia Libre de Escocia (Free
Church of Scotland), Latín Link y la Sociedad Bíblica Peruana (institución
nacida de la fusión de la Sociedad Bíblica Americana y la Sociedad Británica y
Extranjera que operaban desde los inicios de la república).
Fue
una reencuentro con ex presidentes del CONEP, líderes y pastores invitados,
quienes escucharon la reflexión del Pr. Francisco Vergara y las palabras del
presidente institucional, Pr. Eduardo Cocha Maura.
También
se presentó la Exposición Documental “El CONEP y la defensa de la libertad religiosa
en la década de 1940”, que fue trabajada por el sociólogo historiador Tomás
Gutiérrez Sánchez con el apoyo del periodista Fernando Oshige y la ejecutiva Yolanda
Ravines. También se realizó la “Cena del Señor”, culminándose luego con una
cena literalmente.
HISTORIA
Por
historia, el CONEP creado el 17 de noviembre de 1940 es una institución
representativa de la comunidad evangélica en el país, aunque en los últimos
años se formaron también otros gremios religiosos que agripan diversas
comunidades cristianas. El Perú tiene el 14.2% de población evangélica según
los resultados de los Censos Nacionales 2017.
El
CONEP se formó en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando era
presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, quien gobernó al país en su
primera administración, en el mismo período de la contienda bélica, entre
diciembre de 1939 a julio de 1945.
En
esos años, el país vivía una serie de conflictos sociales, muchos de ellos
generados por las fuerzas políticas que se enfrentaban. Prado gobernaba a
nombre de la Concentración General de Partidos, y aunque aún era un desconocido
en la política (más conocido era su hermano Javier Prado Ugarteche), había
participado en el golpe de Estado de 1914 que depuso al ex presidente Guillermo
Billinghurst, quien era un férreo defensor de no permitir cambios en la
Constitución Política del Perú, menos de orden religioso. En esos años, la
Iglesia Católica tenía una mayor influencia en la sociedad y los otros credos
no católicos eran consideradas como “herejías”.
Esta
situación político-ideológico generó diversos escenarios que se presentaron en
el país, siendo uno de ellos, el consenso que tenían las diversas iglesias
evangélicas, integrada en ese entonces, solamente por las denominadas históricas:
Metodista, Anglicana, Presbiteriana, Luterana, Bautista, Nazarena, Pentecostal,
Las Asambleas de Dios y la nacional IEP (Iglesia Evangélica Peruana), entre
otros grupos de fe cristiana no católica.
Previamente,
en las primeras décadas del siglo XX, regía la Constitución de 1860. Un par de
años antes, con el apoyo de algunos líderes sociales y congresistas
librepensadores, se había iniciado la lucha por la modificación del artículo
4to. de la Constitución en el Congreso que era adverso a entonces presidente
Guillermo Billinghurst Angulo, quien fue presidente entre los años 1912 y 1914.
Efectivamente,
después de tantas luchas, enfrentamientos, debates en las dos cámaras, y aún,
algunos actos de violencia, en noviembre de 1915, se aprobó la Ley 2193 que
modificaba el artículo 4to. de la Constitución, suprimiendo el texto final de
la norma.
Con
respeto a la libertad religiosa, la parte que se suprimía decía: “y no permite
el ejercicio público de otra alguna”. Quedando el artículo 4to. solamente en:
La Nación profesa la Religión Católica, Apostólica y Romana, y el Estado la
protege”. Con ello desaparecía la intolerancia a los cultos no católicos. Ello
ocurrió cuando era presidente del Congreso, el senador Rodrigo Peña Murrieta.
Todo
ello generó grandes expectativas en los evangélicos. No es que el CONEP se
fundó de manera directa en 1940, sino que años antes ya había reuniones y
coordinaciones, con la finalidad de hacer un frente común con las diversas
denominaciones. Incluso, ya existían los colegios “América” del Callao (Callao,
High School, metodista, 15 de setiembre de 1891), “San Andrés” (ex
Anglo-Peruano, presbiteriano, 13 de junio de 1917) y “María Alvarado” (ex Lima
High School, metodista, 1906).
LUCHAS
Incluso
cuando ya se había creado el CONEP, cuando las iglesias empezaron a realizar
sus cultos públicos, aún había oposición. Generalmente en provincias. Aún
estaba vigente el Decreto Supremo del 4 de enero de 1945 que limitaba la
actividad religiosa no católica, a lugares cerrados. Ahí fue donde, nuevamente
se generó otra lucha, pero ahora liderada por el CONEP. Fue una lucha de los
evangélicos que culminó con la derogación del citado decreto.
Ahora
la libertad religiosa se abría a lugares públicos. Varios grupos políticos
apoyaron esta iniciativa, entre ellos, los militantes del Partido Aprista
Peruano. Cuando las iglesias abrían sus puertas al público eran apedreadas por
los vecinos. Ser evangélico era sinónimo de “hereje”, “hijo del diablo” y otros
adjetivos. En la mayor parte de los casos, grupos liderados por sacerdotes,
apedreaban a las locales de las iglesias y casas del pastor, misionero o
creyente alguno. Había mucha ignorancia acerca del evangelio, incluso entre los
creyentes. Muchas iglesias cerraban sus locales, pero el evangelio de
Jesucristo seguía impactando y cambiando vidas. Un rol importante juega aquí la
Sociedad Bíblica Peruana fundada en 1946, institución que traduce interactúa y
distribuye la Biblia en todo el país, incluyendo Biblias en quechua y porciones
bíblicas en diversas lenguas aborígenes y étnicas.
Ayudó
también su influencia en la sociedad, la elección en 1956 del primer evangélico
como diputado. Se trataba de José Ferreira García, quien llegó a ser senador
por el Partido Aprista Peruano y miembro de la denominación IEP. Tribunos como
Armando Villanueva del Campo le llamaba “Obispo senador” y el patricio Javier
Valle Riestra, simplemente le decía “Reverendo García”. Antes había conocido a
Víctor Raúl Haya de la Torre en la Universidad de Oxford en Londres, cuando fue
a escuchar una cátedra sobre literatura hispanoamericana, dictada por el
fundador del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana).
Luego
llegaron nuevas misiones y se abrían iglesias, colegios, hospitales, ONG y
otras organizaciones de orientación evangélicas, entre ellas Radio del
Pacífico, “una señal para un mundo apresurado”. Otros ciudadanos también fueron
elegidos congresistas. Con las proyecciones y datos, podemos afirmar que la
iglesia evangélica representa quizá el 20% de la población en la actualidad.
Cuando
se creó el CONEP, se usaba la revisión bíblica de 1909, porque 20 años después
de creado el CONEP, se puso en vigencia la revisión de 1960 de la Biblia, con
la cual ha crecido la iglesia evangélica en su totalidad. A inicios de los años
60, a la traducción Reina-Valera de 1960 la consideraban como una “Biblia
hereje”, porque muchos de los creyentes se habían acostumbrado a la versión de
1909. Es lo mismo que ahora ocurre con traducciones como la RVC (Reina Valera
Contemporánea) y TLA (Traducción al Lenguaje Actual), que son llamadas a
influenciar en los siguientes años.
El
CONEP es la institución que representa a las iglesias evangélicas del país ante
el Estado y la sociedad peruana. Está integrado por diversas organizaciones
entre iglesias, misiones y organizaciones de servicio que desarrollan su labor
pastoral y misionera en todo el territorio nacional.
La
misión de la institución es promover el encuentro, el diálogo y la cooperación
de la comunidad evangélica para la acción conjunta al servicio de la iglesias y
el país.
Su
visión está posicionada por su capacidad proactiva para contribuir a la
transformación del ser humano y la sociedad peruana, fundamentada en los
valores del evangelio del Reino de Dios.
En
la actualidad, el CONEP es un actor principal en la organización de las
Ceremonias de Acción de Gracias por el Perú, que cada año se realiza en
coordinación con la UNICEP y con el respaldo de las mayor parte de las iglesias.
También, realizan en la sede de la SBP los llamados “Desayunos Mensuales” donde
abordan diversos temas para el crecimiento y fortalecimiento de la iglesias.
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