Ante el XIII Congreso Internacional de Microfinanzas (CIM) que la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) organiza anualmente en coordinación con una caja local que este año es la Caja Sullana en la playa talareña de Vichayito en Piura. A un poco más de medio lustro del inicio de la pandemia, el tema es “Integración y visión: Estrategias para la inclusión financiera”, título de vital importancia luego de varios meses de paralización de actividades, retrocesos en algunos indicadores y lento crecimiento en ciertos sectores.
Desde sus orígenes en 1986, la
FEPCMAC siempre estuvo involucrada con el desarrollo de las microfinanzas en el
Perú, a tal punto, que el trabajo de las CMAC fue reconocido mundialmente, alcanzando
el liderato global por muchos años y exportar el “modelo peruano” a diversas
realidades, especialmente en América Latina.
Es más, desde 1982, cuando se crea
la primera caja municipal en Piura, el modelo aprendido en Alemania y adaptado
al país, prendió rápidamente, hasta consolidarse como un exitoso “modelo
peruano”, reconocido internacional en muchos certámenes mundiales como el
FOROMIC (Foro Internacional de la Microempresa) que cada año realiza el BID Lab
del Banco Interamericano de Desarrollo; Asamblea General de la FELABAN (Federación
Latinoamericana de Bancos); GRULAC - WSBI (Grupo para América Latina y el
Caribe del World Savings and Retail Bank
Institute / Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas); Asamblea
General de la ALIDE (Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras
para el Desarrollo); Cooperativas de las Américas, región de la Alianza
Cooperativa Internacional, entre otras organizaciones foráneas de gran prestigio.
En las naciones emergentes, el rol
de la micro y pequeña empresa en el desarrollo económico de las naciones
siempre es fundamental, y en el caso peruano, no es la excepción. Algunas veces
se cree que solamente el apoyo financiero es lo único que impulsa a la
industria microfinanciera. Es un craso error ver las cosas entre billetes y
monedas. El aporte va más allá del capital de trabajo. Las microfinanzas
impactan en la vida misma de los emprendedores.
Las microfinanzas apoyan a los
empresarios de la mediana, pequeña y microempresa (MIPYME), cualquiera sea su
tipología. Si somos estrictos en las estadísticas, el 98.4% son, precisamente,
estas unidades de negocios.
Las MIPYME en el Perú son
generadoras de diversas fuentes de empleo y al ser ayudadas por las
instituciones microfinancieras contribuyen con la creación de mayores y nuevos puestos
de trabajo, fomentan el desarrollo empresarial, fortalecen el pago de impuestos
y tributos al fisco, incentivan la “bancarización” e impulsan mejores niveles
de vida de miles de emprendedores, básicamente en los sectores de salud y
educación. También ayudan a la reducción de la informalidad, que ahora con las
consecuencias de la pandemia, el 90% de la empleabilidad en la pequeña y
microempresa es informal. Obviamente, miles de empresas han desaparecido y
otras han cambiado el rubro de negocios para poder sobrevivir.
Por esa razón, el tema que desarrolla
el CIM 2022 “Integración y visión: Estrategias para la inclusión financiera”,
fortalece el rol empresarial, que con la pandemia se había afectado. Ahora más
que nunca es primordial hablar y gestionar la llamada “bancarización” mediante una
adecuada educación financiera. Tener una cuenta de ahorro no es “bancarización”,
es algo más con incidencia social.
Microfinanzas tiene que ver con
tecnología crediticia, seguro, captaciones, créditos propiamente dichos,
gobierno corporativo, responsabilidad social, educación financiera, asesoría
técnica, adecuados controles internos, administración de los riesgos
empresariales, metodologías, etc.
Las microfinanzas son herramientas
de desarrollo social que tienen por finalidad combatir a la pobreza en general.
Microfinanzas no es un concepto académico, ni finanzas “en pequeño”. Tiene su
propia dinámica y singular tecnología, muy distinta a la de los bancos
comerciales, aún en su naturaleza y finalidad.
La
industria microfinanciera por ser de naturaleza financiera tiene normas de
regulación establecidas por la Superintendencia de banca y Seguros. Por
ejemplo, las normas de Basilea son aplicables a ciertas IMF, muchas veces fuera
del alcance de estas. Controvertida norma, pero real para la industria
microfinanciera.
Las microfinanzas en el Perú han desarrollado sus propias
metodologías que la hacen diferentes de las IMF de otros países. Cada
metodología es propia de cada país y de cada organización. No es lo mismo, la
metodología de una caja municipal que la de un “banco comunal” de una ONG. Una
Edpyme difiere mucho de una financiera o cooperativa de ahorro y crédito.
El impacto de las microfinanzas en el desarrollo económico y empresarial
en el Perú estos últimos 40 años ha sido tan eficaz que podemos afirmar que las
cajas municipales juntas se constituyen como el “quinto banco” en el país,
después del BCP, BBVA Perú, Scotiabank e Interbank.
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