domingo, 9 de agosto de 2015

EDUCACIÓN EMPRENDEDORA, FINANCIERA Y COOPERATIVA, ENTRENAMIENTO PARA TODA LA VIDA

Por César Sánchez Martínez
Director del Instituto FINANPOS
“Del dicho al hecho hay mucho trecho” reza adagio popular. Hay mucho que se debe saber para entender qué es la educación emprendedora, financiera y cooperativa. Las tres se relacionan, pero no son iguales. La educación es la más noble de las profesiones y es una actividad transversal al quehacer del ser humano. La educación no sólo hace más competitiva a la persona, sino también a las organizaciones que representan. Por esa razón, cuando se habla de educación emprendedora, financiera y cooperativa en el ámbito de las finanzas populares y economía social y solidaria, nos referimos a la educación para la vida.

EMPRENDEDORA
La educación emprendedora es una actividad transmisora de conocimientos para realizar prácticas basadas en el desarrollo de los negocios, desde lo pequeños hasta los más grandes.
¿Qué es un emprendedor? Un emprendedor es una persona que tiene en mente una idea para realizar y potenciar la capacidad productiva y comercial de un negocio, no importando el tamaño, aunque siempre se ha relacionado con la micro y pequeña empresa. Sin embargo, el éxito de las grandes y medianas empresas está basado en la gestión empresarial desde la perspectiva del “emprendedurismo”.
La educación emprendedora provee los conocimientos y las estrategias de gestión que toda persona vinculada a los negocios debería tener para alcanzar el éxito en los mismos. Supone, por un lado, llevar a la realidad todos aquellos proyectos que están en la mente y el papel, para transformarlo en pequeños negocios que deben crecer con el tiempo y perfeccionarse mediante una buena gestión empresarial. Por el otro lado, la educación emprendedora, también supone perfeccionar las estrategias y métodos para aplicarlos en los negocios en marcha.
La palabra “emprendedurismo” es nueva y aún no se ha definido su significado exacto, porque proviene de la actividad emprendedora. Pero en nuestra modesta experiencia, el “emprendedurismo” es pasar de los pequeños a medianos negocios, de la informalidad a la formalidad, del talento a la experiencia, de la calle al local (propio o alquilado), entre otros conceptos. Pero, como reza el adagio popular “del dicho al hecho hay mucho trecho”, en el proceso de implementación hay muchas acciones por realizar.
FINANCIERA
La educación financiera, concepto que también últimamente se está mencionando con más frecuencia en América Latina, ahora que se habla de la llamada “inclusión financiera” es nueva en la región, pero no en las naciones emergentes de Asia y las economías industriales.
La educación financiera es la transmisión de conocimientos y prácticas hacia una persona que nunca tuvo acceso a los sistemas financieros tradicionales o que escasamente utilizó estas herramientas, acerca de los beneficios para los usuarios.
América Latina por ser una región desigual, los niveles de “bancarización”, otro de los nuevos conceptos, también son distintos. Cuando una persona accede al sistema financiero, es un potencial candidato para formarlo en una adecuada educación financiera. Muchas veces las instituciones financieras y microfinancieras al colocar sus créditos, lo hacen por cumplir cuotas, agregando a sus males crónicos, el sobreendeudamiento y morosidad, malogrando carteras que deberían ser sanas.
La educación financiera es enseñarles a las personas que acceden a un crédito, prácticas beneficiosas como el ahorro, seguros, pronto pago, puntualidad, morosidad, tasas de interés,  pagos en línea, uso del monedero electrónico, presupuestos, asistencia técnica, líneas de crédito, leasing, capacidad de pago y endeudamiento, entre otros conceptos. Al hacerlo, no sólo se está educando financieramente, sino que también se cumple con la práctica real de la “inclusión financiera” y por lo tanto de la “bancarización”, “cajatización” o financierarización”.
COOPERATIVA
La educación cooperativa es la transmisión de toda la práctica de la economía social y solidaria hacia las personas que utilizan este modelo alternativo de desarrollo inclusivo. Eso supone compartir información acerca de las bondades del cooperativismo y sus valores como la ayuda mutua, solidaridad, responsabilidad, igualdad, equidad, honestidad, transparencia, trabajo en equipo, democracia y visión de futuro. 

Un cooperativista debe saber que la institución en la cual forma parte está para servirle, pero también él tiene que hacerlo con los demás. La ayuda mutua, la solidaridad y el trabajo en equipo son fundamentales en la vida de un cooperativista. Un asociado paga su cuota que no es una acción que le generará dividendos económicos, sino que mediante ese aporte, está ayudando a otros, pero lo está haciendo también por sí mismo. Más que rentabilidad económica, hay una “rentabilidad social” por escribirlo de alguna manera. Obviamente que las empresas cooperativas generan ganancias a un precio justo para sus asociados.

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