¿Qué estaría cambiando?
La
principal modificación propuesta es la incorporación de un indicador de cálculo
llamado el Ratio de Financiación Neta Estable (RFNE), que forma parte de los
estándares internacionales del Comité de Basilea III. El RFNE es una relación
entre la financiación estable disponible y la financiación estable requerida, y
siempre deberá ser mayor al 100%.
En
términos generales, la Financiación
Estable Disponible es la proporción del patrimonio y
pasivos de la IFI que se proyecta sean estables en el plazo de un año. Para
ello, estos se clasifican y ponderan en base a su estabilidad relativa, basada
en sus vencimientos contractuales (los pasivos de largo plazo se consideran más
estables que los de corto plazo); y su propensión a ser retirados o cancelados
por los acreedores (los pasivos provenientes del sector minorista son
considerados más estables que aquellos provenientes del sector mayorista).
Por
su parte, la Financiación Estable Requerida comprende
los activos y contingentes (exposición fuera del balance) de la IFI que se
deben financiar. El monto requerido está en función a sus características de
perfil de riesgo de liquidez y vencimiento residual, aplicándoles en base a
ello un factor de ponderación. Por ejemplo, activos disponibles libres de carga
tienen un factor de 0%, lo que significa que no requieren de financiamiento
estable, mientras que créditos reestructurados, refinanciados, vencidos y en
cobranza judicial, se les asigna un factor del 100%.
Financiación estable disponible / Financiación
estable requerida > 100%
El
objetivo de monitorear este indicador es fomentar un financiamiento estable y
evitar la dependencia de fuentes de fondeo mayoristas y de corto plazo. Además,
al considerar las cuentas dentro y fuera del balance (contingentes) busca
fortalecer la evaluación del riesgo de financiamiento para todo tipo de
exposición. Con este nuevo indicador, el ente regulador busca tener un sector
bancario más resiliente que pueda enfrentar de mejor manera escenarios de
crisis financieras y alteraciones en las fuentes de financiamiento típicas y
así evitar que afecten de manera significativa su posición de liquidez.
¿Cómo
impactará a las entidades financieras?
Desde
el punto de vista de la financiación estable disponible, este nuevo indicador
podría ser un desafío para aquellas IFIs con reducido patrimonio efectivo nivel
1 y 2, y elevada concentración de fondeo mayorista y de corto plazo, pues su
financiamiento estable disponible probablemente será comparativamente menor.
Así también, aquellas IFIS que administren eficientemente sus activos e
inversiones, manteniendo una cartera de buena calidad con plazos acordes al
destino financiado, requerirán comparativamente un menor nivel de financiación
estable.
En
opinión de MicroRate, un análisis a profundidad por parte de las IFIS de cada
cuenta del balance será clave para identificar las brechas en su gestión de
financiamiento estable, definir estrategias que permitan mitigar estas
falencias y lograr adecuarse al indicador mínimo exigido por el ente regulador
dentro del plazo de adecuación.
MICRORATE
MicroRate es la primera agencia clasificadora de riesgo especializada en microfinanzas. Tiene una experiencia que se sustenta en 25 años de trabajo y más de 1,700 evaluaciones en el mundo
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