Morisaki recordó que en el 2022 se realizó la
transferencia de 607,482 vehículos livianos seminuevos, cifra histórica que
significó un crecimiento anual de 19%. “Este comportamiento fue impulsado por
los problemas en la producción y distribución global de vehículos nuevos, que
convirtió a los vehículos usados como una alternativa atractiva”, anotó. Sin
embargo, dijo, corregida dicha situación, el mercado de vehículos seminuevos ha
entrado en un periodo de normalización desde el 2023. “En ese momento se observó
un descenso anual de -18%, circunstancia que continuaría durante el presente.
Sin embargo, a pesar de dicho descenso, las transferencias del primer trimestre
del 2024 superaron al promedio observado para igual periodo en los años
prepandemia”, acotó.
No obstante, el especialista señaló que existen otros elementos
que podrían influir en las ventas en dicho mercado, principalmente la mejoría
de las condiciones económicas en comparación a las del año pasado cuando se
registró una recesión. “Para este 2024 se pronostica un mayor dinamismo del
consumo privado, aunando a menores costos para el financiamiento y presiones
inflacionarias contenidas dentro del rango meta del Banco Central”, indicó tras
señalar que, “a ello se sumarian los ingresos extraordinarios que recibirá un
sector de la población proveniente del retiro de fondos de las AFP y
liberalización de la CTS, que le daría un impulso adicional al consumo,
particularmente durante el segundo semestre del año, a lo que se agregaría el
aumento en los canales de distribución y oferta de los referidos vehículos”. En
ese sentido, “en los siguientes meses se espera que las transferencias
vehiculares continúen reduciéndose, aunque la caída iría atenuándose
paulatinamente”, finalizó.
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