Por César
Sánchez Martínez / LIMA
En el ámbito
empresarial se desarrollan en diversas ciudades de América Latina, el Caribe, España
y los Estados Unidos diferentes cumbres internacionales como el Foro
Interamericano de la Microempresa (FOROMIC), la Asamblea Anual de la Federación
Latinoamericana de Bancos (FELABAN), la Asamblea del Grupo Regional de América
Latina y el Caribe (GRULAC WSBI), el Seminario Internacional de Microfinanzas
(SIM) y el Congreso Internacional de Microfinanzas (CIM), estas dos últimas organizadas
anualmente por la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito
(FEPCMAC). Estos certámenes son claves para impulsar el desarrollo de la
industria microfinanciera en general, y de la microempresa en particular.
Alguien dirá
que también la Cumbre Empresarial de las Américas, la Asamblea de la Junta de
Gobernadores del BID, la Reunión Ordinaria de la Asamblea General de la ALIDE
(Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo), y
la cumbre de la Cooperativa de las Américas, Región de la Alianza Internacional
de Cooperativas también aportan ideas y reflexiones y eso, obviamente, es
verdad.
En tiempos
de recesión y crisis financieras, son las economías de subsistencia las que
soportan con mayor impacto la crisis, pero también son las primeras
dinamizadoras de la demanda interna en los mercados domésticos, beneficiando
directamente a la mediana, pequeña y microempresa (MIPYME), básicamente a las
dos últimas.
Por el tamaño
de sus economías y volúmenes de producción y ventas, también son las que
generan cortos y rápidos puestos de trabajo, constituyéndose en algunos casos
en proveedores de grandes empresas, corporaciones transnacionales o del sector
público como ocurre en los países asiáticos.
Perú es un caso
sui géneris en América Latina. Cerca del 98.4 por ciento son MIPYME. Una nueva
modalidad que estamos notando en el país incaico son la realización de diversas
ferias y exposiciones de negocios.
Las instalaciones
de los centros de convenciones se usan al máximo, los hoteles llegan a un alto
nivel de ocupabilidad, los taxistas tienen mayores ingresos económicos, los
vendedores de artesanías comercializan sus productos y los restaurantes,
especialmente los de cocina regional, siempre están llenos. También, las líneas
aéreas cubren sus rutas, las empresas de transporte interprovincial tienen casi
agotados los pasajes y los tejedores de diversos productos incrementarán sus
pedidos. Las empresas turísticas tienen que preparar variados paquetes para
promocionar y los comerciantes en general obtienen mayores ingresos. Obviamente
que todo ello es iniciativa privada porque la administración del gobierno está
más ocupada en enfrentamientos con el Congreso de la República, perdiendo
valiosas oportunidades para promocionar la actividad emprendedora, que, dicho
sea de paso, ha cobrado un nuevo impulso a pesar de la contracción de la
economía. La nueva clase media está fortaleciéndose.
Algo
parecido ocurre en otros países como Argentina y México. Es decir, el círculo
virtuoso se reactiva y, por ende, también la economía regional. Repetimos que esta
iniciativa no es pública sino privada. Se comprueba una vez más que con
parámetros establecidos, la iniciativa privada es posible. Todos ganan y el
país crece.
También gana
el Estado mediante una mayor recaudación de impuestos, gana la empresa porque tiene
mayor rentabilidad y gana el trabajador porque accede a un puesto de trabajo
digno, garantizándole a su familia una mejor calidad de vida y contribuyendo
con la reducción de la extrema pobreza, generación de empleo y mejores niveles
de vida.
PERÚ
Si con la
celebración de ferias y convenciones se contribuye en parte a la reactivación
económica de las regiones. ¿Por qué no se hace énfasis en promover al Perú no
sólo como un hub (centro de operaciones) empresarial, sino también como centro
de congresos, convenciones y ferias en el ámbito internacional? La respuesta
está en manos de quienes tienen el poder de desarrollar políticas de Estados,
desde el aparato público. Esperamos que, por el Bicentenario de la Independencia
del Perú, el FOROMIC, la Asamblea Anual de la FELABAN u otra cumbre
internacional vuelvan a tierras incas.
Además,
estas actividades regionales tienen la ventaja de promocionar sus atractivos
turísticos, bondades gastronómicas, artesanías y confecciones para futuras visitas
de empresarios para ruedas de negocios, programas de capacitación o simplemente
viajes de placer. Así se empieza a dinamizar las economías regionales y Perú
tiene mucho por mostrar al mundo.
En Perú se
apuesta por el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, logrando
impulsar el crecimiento desde la demanda interna y mejora en la producción.
Las ferias y
convenciones son claves para impulsar a las economías regionales, que aliadas
al turismo y gastronomía, son la combinación perfecta para cualquier
inversionista que quiera incursionar en este tipo de actividad empresarial.
Sólo es cuestión de desarrollar un plan estratégico, ejecutar y propiciar
políticas de expansión que beneficien a la mayor cantidad de personas. El
crecimiento económico peruano se debe en gran parte al trabajo de las pequeñas
empresas, pero también a la creatividad del peruano.
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