Por César Sánchez Martínez / LIMA
Cuando escribimos acerca de la política de género, usualmente se cree que nos referimos a los movimientos feministas y organizaciones que defienden los derechos de la mujer y hasta la “igualdad de sexos”. Debemos reconocer que la frase “género” ha sido demasiada manoseada, desvirtuando la esencia de la palabra. Nosotros nos referimos al trabajo que exclusivamente realizan las mujeres emprendedoras, aquellas que desde una MYPE o PYME han logrado salir adelante y están haciendo todos sus esfuerzos para conquistar mercados con sus productos y servicios. La experiencia en dos años de aplicación de la política de género del Banco Interamericano de Desarrollo a favor de las mujeres emprendedoras es interesante. Han logrado avances en inversiones directas en igualdad de género, así como en otros proyectos que desarrolla institución.
En este
período, el BID triplicó el volumen de préstamos a gobiernos que cuentan con
indicadores de género, hasta alcanzar el 31 por ciento del total de préstamos
del banco.
Parte de
este crecimiento se debe a la incorporación de indicadores de género en
proyectos de sectores como el comercio, la infraestructura y la gestión fiscal
y municipal, que anteriormente no incluían esta perspectiva.
Sólo un 6
por ciento de los proyectos de estos sectores tenían en cuenta indicadores de
género en sus operaciones, frente al 20 por ciento hace unos cinco años. Por su
parte, más de la mitad (54 por ciento) de los proyectos sociales del BID ya
incorporan indicadores de género en sus proyectos, con un crecimiento de más
del doble respecto a los años anteriores.
Además de
incorporar indicadores de género en todas sus operaciones, el BID aumentó sus
préstamos y donaciones orientados a proyectos específicamente relacionados con
la igualdad de género. El programa “Ciudad Mujer” es uno de los proyectos más
significativos, que ha permitido crear cuatro centros de empoderamiento de la
mujer en El Salvador y la construcción de dos centros más en los próximos
meses, así como el programa “Beyond Banking”, una ventanilla del sector privado
del BID que proporcionará hasta US$ 50 millones en líneas de crédito a pequeñas
y medianas empresas lideradas por mujeres.
Esa
organización hemisférica es la primera institución financiera multilateral que
incorpora la perspectiva de género en sus procesos de salvaguarda,
introduciendo mecanismos para asegurar que las operaciones del banco no tengan
un impacto negativo en la igualdad de género.
De cara al
futuro, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, afirma que estos dos años
de aplicación de la política han servido para identificar buenas prácticas y
mejorar los proyectos del banco. “Sabemos que se han alcanzado logros
destacables, pero eso no nos satisface. Aún queda mucho camino por recorrer”,
ha asegurado el presidente para destacar que, en los próximos años, la
institución trabajará para mejorar aún más estos indicadores en diversos países
del mundo, especialmente de América Latina.
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