En dos años
aproximadamente, quedaría restablecido el bosque del Valle Sagrado de Los Incas
(cerca del centro poblado de Huayoccari, Cusco) que sufrió la semana pasada
inmensos daños en su flora, fauna y alrededores, estimó José Koechlin,
presidente de la cadena de hoteles, Inkaterra. Cabe indicar
que el siniestro, cercano también al Hotel Inkaterra Hacienda Urubamba, fue
apagado por los propios pobladores de la zona, con el apoyo del alcalde de
Huayabamba, bomberos, policías y con el equipo del Gobierno Regional del Cusco
y que serían ellos mismos los encargados en la recuperación de la zona afectada
que son más de 24 hectáreas.
“Dado que
las comunidades locales fueron los que apagaron el incendio les corresponde a
ellos tener preferencia para hacer este trabajo remunerado por los programas de
apoyo social del gobierno”, adelantó.
Afortunadamente,
no se registró ninguna desgracia personal, pero se perdió prácticamente toda la
flora y fauna de la zona.
En lo
referente a la flora, se perdieron chachacomo, ichu, molle, tara,
varios tipos de bromelias, checche (berberis), roque, molle andino y
pencas. Sobre la fauna, desapareció del hábitat los venados, zorro andino,
liebres, comadreja y zarigüeya, así como las perdices, colibríes (picaflor
gigante, endémico del lugar), canasteros, jilgueros, cernícalos y vencejos.
Koechlin
manifestó que, cuando Inkaterra decidió establecerse en el Valle del Urubamba,
hizo un inventario de la flora y fauna a fin de tener el registro previo del
entorno.
“Ahora
podremos trabajar su restitución con rigor científico. Eso significa mantener
el paisaje circundante con las mismas especies, lo que conlleva recolectar
semillas del área no afectada para sembrarlas al boleo en áreas difíciles de
acceder”, explicó. Al referirse al boleo, precisó que se hace bolas de tierra
fértil con semillas nativas, las que se tiran para que germinen durante la época
de lluvia.
El
empresario hotelero señaló que en las zonas bajas se podría sembrar árboles
nativos y retama.
Ejemplo a seguir
José
Koechlin manifestó que lo sucedido en el bosque del Valle Sagrado de Los Incas
motiva a trabajar en su total recuperación del paisaje lo que podría servir de
ejemplo replicable como metodología de trabajo en referencia a la recuperación
para otras áreas afectadas por incendios forestales.
“Sembrando
lo que les gusta comer a los animales. Así lo hicimos en Inkaterra Machu Picchu
Pueblo Hotel que era un pastizal de ganado en los años 80 cuando empezamos el
proyecto de construir el hotel en un área afectada por presencia humana”,
recordó.
Finalmente, añadió
que a la fecha, hay registradas 214 especies de aves silvestres dentro del
hotel, así como el American Orchid Society en el año 2002 publicó que había el
mayor número de especies de (372 especies) en su hábitat en el mundo, 110
especies de mariposas, y flora nativa que alimenta a las aves y osos.
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