El 3 de julio de cada año se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, con el objetivo de reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable por el daño que causan al ambiente y a los seres vivos, incluido el hombre. El plástico se ha convertido en material ubicuo y constituye un grave peligro para la vida de los seres vivos de la Tierra y la demanda cada vez se incrementa más; estudios de diversas instituciones en el mundo señalan que la producción se duplicará en los próximos 20 años. El problema ambiental radica en que menos del 10% del plástico usado se recicla.
En general los plásticos son uno de los materiales
que más se usan en la actualidad; su producción y consumo se han incrementado a
una velocidad muy superior a la de cualquier otro material comúnmente
utilizado. En realidad, el plástico debido a la resistencia al deterioro, la
impermeabilidad y el bajo costo convierten a este material en uno de los más
utilizados tanto en la industria, en el comercio como en el consumo cotidiano.
Sin embargo, este material no es fácil de reciclar, pudiendo contaminar el ambiente
durante muchos años; toda vez que su biodegradación natural o descomposición
mediante procesos naturales puede tardar incluso cientos de años. El uso masivo
de un material tan duradero en nuestras actividades cotidianas, lo convierte en
un grave riesgo de consecuencias globales desastrosas. En síntesis, el plástico
es un material que la naturaleza no puede asimilar y se convierte en
deteriorante o contaminante.
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“El 9% del pástico es reciclado; un 12% es incinerado y, el 79%
termina en vertederos, incineradores o en el ambiente, generando problemas
estéticos y contaminando el entorno”.
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El uso de plásticos en todos los países del mundo es
muy elevado, cualquier producto, sea en la farmacia, en la tienda del barrio,
en los mercados, en los comercios de cualquier índole, posee un embalaje
plástico propio más la bolsa de transporte. En la gran mayoría de los casos,
estas bolsas han servido para transportar por unos minutos el producto
adquirido y terminan siendo descartados junto a los residuos domiciliarios.
El 90% restante, si bien no se degrada, sí se
desintegra, estudios específicos señalan que se micropulverizan y, en el
proceso, liberan materiales tóxicos que contaminan el agua, suelo, aire y
alimentos.
La masificación de la producción del plástico se
inició en la década de 1950, la producción de éste polímero ha superado la de
casi cualquier otro material. Gran parte del plástico que producimos está
diseñado para ser desechado después de ser utilizado una sola vez. Como
consecuencia de lo anterior, el embalaje representa aproximadamente la mitad de
los residuos plásticos en el mundo.
Los beneficios del plástico son innegables; el
material es barato, liviano y simple en su elaboración; estas características
han conducido a una enorme cantidad, medido en cientos de miles de toneladas de
este material desechado y que llegan a contaminar el ambiente, en todos sus
escenarios.
En el mundo existen iniciativas importantes que
proponen una gestión adecuada de los plásticos de un solo uso; sin embargo, los
esfuerzos de los gobiernos se centran en bolsas de plástico y en plástico
espumado conocido como tecnopor o poliestireno. En la gran mayoría de los
casos, los gobiernos consideran a las bolsas de plástico y los productos de
plástico espumado como aquellos plásticos de un solo uso más problemáticos
debido a su presencia fácilmente observable en el ambiente, tales como bolsas
que, llevadas por el viento, se han adherido a vallas o árboles, se hallan
desperdigados por calles, parques o se hallan flotando en los ríos.
Según informó el Ministerio del Ambiente, en el Perú
se consume 947 mil toneladas de plásticos al año, el 75% terminan siendo
residuos y solo 0.3% es reciclado. Gran parte de estos residuos terminan
contaminando ríos, quebradas, calles y avenidas, botaderos, lagos y mares.
PRINCIPALES IMPACTOS
Según estudios de las NN.UU. si no mejoramos nuestros
patrones de consumo y nuestras prácticas de gestión de residuos, para el año
2050 habrá aproximadamente 12 millones de toneladas métricas de residuos
plásticos en vertederos y en el ambiente. Los impactos más resaltantes que
genera el plástico no adecuadamente gestionado, se puede resumir en lo
siguiente:
Impactos sobre el ambiente:
·
Contaminan
el suelo y el agua. En el suelo afectan las características de la textura y
pueden transferir sustancias tóxicas y metales pesados.
·
En
el agua, cubren la superficie y afectan la transferencia del oxígeno que
·
por
difusión del medio aéreo ingresa al agua y, además, cubren su superficie
disminuyendo el proceso de fotosíntesis.
·
Congestionan
las vías fluviales e intensifican los desastres naturales.
·
Se
estima que para el año 2050, un 99% de las aves marinas habrán ingerido
plásticos.
·
Pérdidas
en la estética del agua y suelo.
Impactos en la Salud:
·
Obstruyen
las redes de alcantarillado y se convierten en lugares de cría para mosquitos,
elevando el riesgo de transmisión de malaria y similares.
·
Liberan
sustancias químicas tóxicas y emisiones si son incinerados, especialmente
dioxinas y furanos que son potentes agentes cancerígenos.
·
El
poliestireno contiene sustancias químicas como el estireno y el benceno que son
altamente tóxicas y cancerígenas. Si se ingiere, daña el sistema nervioso, los
pulmones y el aparato reproductor. Las toxinas presentes en los poliestirenos
pueden ingresar en los alimentos y las bebidas
·
Contaminación
de la cadena alimenticia.
Impactos económicos:
·
Causan
pérdidas económicas en las industrias de turismo, pesca y transporte marítimo.
·
Altos
costos de transporte hasta las plantas centralizadas de plástico espumado
ligero debido a la dificultad de reciclarlos en las plantas locales.
·
Costos
futuros de limpieza de residuos plásticos acumulados en el medio.
·
Obstrucción
de canales, sistemas de riego y alcantarillado, generando costos de limpieza y
mantenimiento.
Un caso, que ha sido materia de estudios es el
químico estireno presente en el plástico poliestireno que según varios estudios
comprobados, resultan siendo cancerígenos. De esa manera, al colocar nuestros
alimentos o bebidas en estos envases, los químicos se impregnan en ellos y
llegan a nuestro organismo. Aquello se agrava si es que la bebida o alimento se
encuentra caliente.
PROHIBICIONES
En el mundo hubo diversos intentos de prohibir el uso
del plástico de un solo uso; el primero en hacerlo fue Bangladesh, país donde
las bolsas de plástico congestionaron los desagües y agravaron los daños
ocasionados por las inundaciones de 1998. Los grupos ecologistas estimaron que
sólo el 10% de los 9 millones de bolsas de plástico usadas cada día en Dhaka
terminaban en el vertedero, lo que significaba que el 90% restante eran
arrojadas al suelo y, en consecuencia, acababan atascando los desagües. Esto condujo
a una campaña anti-bolsas en la década de los 90 que inicialmente se limitó a
Dhaka, pero que finalmente se convirtió en la primera prohibición nacional de
las bolsas de plástico en el mundo, en 2002.
En el continente africano, ya son 25 los países que
han aplicado prohibiciones nacionales a las bolsas de plástico, el 58 % de las
cuales se han adoptado entre 2014 y 2017. En Mauritania, las bolsas de plástico
fueron prohibidas después de que más del 70% de las muertes de ganado vacuno y
ovino se atribuyeran a la ingestión de estos productos. Según el Ministerio de
Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de dicho país, el plástico constituía
además el 25% del total de los residuos producidos en Nuakchot, la capital del
país.
En Europa, el Reino Unido fue pionero en anunciar la
prohibición de utensilios de plástico de un sólo uso como, cubiertos, sorbetes
y bolsas. El gobierno autónomo de las Islas Baleares, preocupado por los
residuos sólidos en las playas (el 80% de las cuales eran de plástico) hizo lo
propio. La Unión Europea, por su parte, ha indicado que, una vez se apliquen
sus prohibiciones al plástico no reciclable plenamente en 2030, estos cambios
podrán costar a las empresas más de 3,500 millones de dólares al año.
LA LEY APROBADA EN PERÚ
El Congreso aprobó el 2018 la Ley N° 30884, Ley que
regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables, Ley
que establece el marco regulatorio sobre el plástico de un solo uso, otros no
reutilizables y los recipientes o envases descartables de tecnopor para
alimentos y bebidas de consumo humano; el Reglamento de esta Ley, se aprobó
mediante Decreto Supremo N° 006-2019-MINAM, tiene como finalidad contribuir con
el ejercicio del derecho que tiene toda persona a gozar de un ambiente equilibrado
y adecuado al desarrollo de su vida y garantizar que el ambiente se preserve.
Esta Ley establece que en un plazo máximo de 3 años
los negocios y supermercados deberán reemplazar al 100% las bolsas plásticas no
reutilizables por elementos amigables con el ambiente. Se establece también el
cobro de un impuesto por la entrega de la misma.
Cabe mencionar que, a partir del 28 de julio del
2021, fecha en que se celebró el Bicentenario, se debió prohibir la fabricación
de bolsas de plástico no reutilizable, toda clase de utensilios de difícil
degradación, así como de los envases de tecnopor considerados como los más
nocivos para el ambiente.
A partir de la entrada en vigencia de la Ley se debió
haber prohibido:
a. La adquisición, uso, ingreso o comercialización,
según corresponda, de bolsas de base polimérica; sorbetes de base polimérica y
recipientes o envases de poliestireno expandido para bebidas y alimentos de
consumo humano, en las Áreas Naturales Protegidas, así como en las entidades de
la administración estatal previstas en el artículo 1 de la Ley 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General.
b. La entrega de bolsas o envoltorios de base polimérica
en publicidad impresa; diarios, revistas u otros formatos de prensa escrita;
recibos de cobro de servicios sean públicos o privados; y toda información
dirigida a los consumidores, usuarios o ciudadanos en general.
c. La importación de la materia prima necesaria para la
elaboración de los bienes y productos señalados en los literales precedentes.
La Ley plantea la reducción progresiva de bolsas de
base polimérica de un solo uso en los supermercados, autoservicios, almacenes,
comercios en general u otros establecimientos similares, así como sus
contratistas o prestadores de servicios, para que dentro del plazo de treinta y
seis (36) meses contados desde la vigencia de la Ley, empiecen a reemplazar en
forma progresiva la entrega de bolsas de un solo uso de base polimérica por
bolsas biodegradables no contaminantes compostables. Así como para que, dentro
del mismo plazo, dichos establecimientos deben cobrar por cada bolsa que
entregan una suma equivalente al precio del mercado, debiendo informarse en
forma explícita al consumidor.
RETOS ACTUALES
El Perú produce más 23,000 toneladas diarias de
residuos y que de esa cantidad el 7 % son plásticos entre bolsas y envases
descartables. Para la operacionalización y efectividad de la Ley aprobada,
todos tenemos que cooperar y participar activamente; el gobierno en sus tres
niveles; sin embargo, son las municipalidades quienes tienen directa
competencia, pues son las autoridades locales quienes aprueban, modifican y
actualizan el Plan Integral de Gestión Ambiental de Residuos Sólidos, el
PIGARS; es en este Instrumento de Gestión Ambiental que se debe incluir
ordenanzas municipales vinculados a la aplicación y cumplimiento de la Ley
aprobada; igualmente son las municipalidades que tienen otro Instrumento de
Gestión Ambiental de ámbito local, como es el Sistema Local de Gestión
Ambiental y es mediante este Instrumento que también se debe tomar acciones
concretas para el cumplimiento de la Ley.
De otro lado, el Ministerio del Ambiente (MINAM)
propuso una meta para el bicentenario: lograr que la población sea más
responsable y rechace el consumo del plástico de un solo uso, a fin de contar
con un ambiente más saludable y acorde con la estética, el ornato y la salud
pública y ambiental de los ecosistemas en el país; esto es concordante con el
Derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado a la salud humana
señalado en el numeral 22 del Artículo 2 de la Constitución Política del Perú.
Finalmente, todos, desde la tiendecita de la esquina,
los comercios, los mercados de abastos, los supermercados tenemos la obligación
de poner de nuestra parte para reducir la enorme carga de plásticos de un solo
uso que ha invadido nuestro ambiente contaminándolo.
El autor, Juan Eduardo Gil Mora es biólogo y magíster en Ecología y Medio
Ambiente. Contacto: mundoandino2005@yahoo.es
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