sábado, 31 de marzo de 2018

CONOZCA A SUS CLIENTES Y MEJORE SUS RELACIONES

Por Janet Mogollón Pérez / LIMA

Los empresarios de las MYPE por ser personas emprendedoras deben saber conocer a los diversos tipos de clientes que son la base de la prosperidad del negocio. Según la psicología de la comunicación, las percepciones que se forman de un determinado impacto, gobiernan nuestra manera de ver las cosas y guía nuestra conducta. Son esas sensaciones interiores que resultan de una impresión impactando en los sentidos. Pensemos en la relación de pareja. Los cónyuges se aman y se llevan de maravilla. El esposo siempre fue cariñoso, servicial y responsable. Sin embargo, en determinada circunstancia sale con otra dama que no es su esposa.
Probablemente, cada vez que los esposos pasen por una crisis matrimonial, la esposa recordará siempre la “aventura” de su consorte. Ella no recordará los cientos buenos momentos que experimentó, sino en el único incidente que tuvo con su esposo.
La percepción en relaciones públicas, no sólo está en el lado nuestro, sino también en el otro lado de la orilla. Si queremos cambiar la situación empecemos por nosotros mismos. Empecemos por cambiar nuestras percepciones.
Por ejemplo, la percepción que se tiene del éxito personal depende mucho, no sólo del esfuerzo y sacrificio, sino también de la imagen pública que se proyecta. Las actitudes,  conductas y habilidades serán la carta de presentación de las personas. Actualmente, muchos gurúes de la administración moderna y liderazgo personal utilizan a las  relaciones públicas como herramienta para fomentar una actitud mental positiva. La globalización ha roto muchos paradigmas, entendiéndose que un paradigma es una teoría, explicación o modelo de alguna cosa. Las relaciones públicas han permitido que la empatía y la percepción sean vistas ahora desde otra óptica en el campo de la comunicación social.
LOS PARADIGMAS
Los psicólogos de la comunicación han investigado diversas conductas acerca del impacto que tiene la aplicación de las relaciones públicas en diversos públicos. Para algunas personas un símbolo puede representar una cosa, pero para otras, todo lo contrario. Dependerá mucho del tipo de paradigma que hemos adoptado o creído. Todos nosotros tenemos mapas en la cabeza, que pueden clasificarse en dos categorías principales: mapas del modo en que son las cosas o realidades, y mapas del modo en que deberían ser.
Sin embargo, desde esta perspectiva no todos los cambios de paradigma siguen la misma dirección positiva. Si bien es cierto que todo  cambio genera poderosas transformaciones, también es real que nuestros paradigmas, correctos o incorrectos, serán siempre las fuentes de nuestras actitudes y conducta, y en última instancia de nuestras relaciones con los demás.
De ahí la importancia de cambiar los paradigmas para bien. No todos los cambios de paradigma son rápidos, dependerá mucho del nivel académico de la persona y de la abstracción que ésta tenga de la realidad concreta.
¿Ahora, un paradigma es bueno o malo? En la mayor parte de las personas cuando los paradigmas están basados en principios, entonces son buenos. Pero, sí solamente tienen sus fundamentos en la tradición o costumbres, entonces podrían limitar la visión de futuro de la persona. Un paradigma es la fuente de la que fluyen actitudes y conductas. Es como un par de lentes que afecta el modo en que vemos las cosas.
Muchos principios son como los faros. Son leyes naturales que no se pueden quebrantar. De ahí la necesidad de tener primero buenos principios para después exigir o comprender a los clientes. Un buen negocio dependerá mucho de cómo usted trata a su interlocutor. Tal vez, puede vender un producto ahora, pero perderá un cliente toda su vida. Lo más importante, no es vender ahora, sino ganar un cliente para toda la vida del negocio. Revise cuáles son sus principios y percepciones, y póngalas en práctica cada vez que converse con un potencial cliente.
Desde los tiempos antiguos ya se hablaba de principios morales que no se pueden violar. Estas normas son más principios que paradigmas. Por ejemplo, la bondad, rectitud, integridad, honestidad, dignidad, servicio, paciencia, entre otras virtudes son principios que incluso pueden derivarse en paradigmas.
Lo que se requiere es que el emprendedor sepa más de principios y lo practique para asegurarse mejores prácticas empresariales para el negocio. 

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