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Por Francisco Ulloa / LIMA
Las últimas proyecciones de crecimiento económico
entregadas por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL)
destacan una caída en los números en países como Chile (3,3%), Perú (3,6%) o
Ecuador (0,4%), dando un total a América Latina de 1,3%, cuatro décimas menos
que el 1,7% que el organismo entregara en diciembre del año pasado. Con estas cifras presentes es necesario que tanto
públicos como privados impulsen las mejoras necesarias para ayudar a fortalecer
nuestro bloque regional, partiendo de la base de que para lograr esto se debe
innovar y sobre todo invertir. ¿Invertir en qué, por ejemplo?: En expandir los
servicios.
Aunque representa el 90% del comercio mundial, el
viaje en barco es tan solo la parte final del recorrido, y sería bueno repensar
las vías para llegar a esa instancia con nuevas estrategias que aporten
eficiencia y productividad.
Un contenedor no nace arriba de un buque y el
proceso detrás muchas veces se convierte en una tarea titánica debido a
falencias en infraestructura y logística. Si bien durante los últimos años se
han tenido crecimientos importantes a nivel macro, lo cierto es que se debe
hacer mucho más si se quiere mantener un ritmo competitivo. Esto es aún más
crítico cuando buscar la manera de potenciar las economías regionales y no
depender de las potencias se ha vuelto un aprendizaje y un deber adquirido tras
la explosión de la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.
La cadena exportación/importación debe ser
reevaluada y mejorada, sobre todo en lo que respecta al servicio en tierra:
conexiones, rutas, movilidad, digitalización, procesos operativos; todos puntos
que son necesarios estudiar y perfeccionar. Estas respuestas pueden tomar
diferentes formas como la resurrección del ferrocarril, digitalización mediante
la adopción de tecnologías emergentes y blockchain en todas
las capas público/privada, mejor gestión de almacenaje y empaquetado, entre
otros. Desde que una caja con frutas sale del campo hasta que se asegura el
último contenedor, cada uno de los pasos deberían generar beneficios, ahorro de
costos, tiempo. En suma, el llamado es a desarrollar e implementar una cadena
de valor eficiente, efectiva y sustentable.
La importancia de conseguir un proceso logístico
integral en la industria es urgente porque es la base fundacional de la mejora
en todos los procesos y, por ende, génesis de un buen mercadeo con el resto del
mundo. Es fundamental, por ende, que todos los actores de la industria
comprendan que lo que pasa afuera del océano es tan importante como lo que
ocurre dentro, no solamente desde el aspecto de entregar más y mejores
soluciones a los clientes, sino que también para mejorar y proteger el comercio
internacional de los países al tener una estructura sana y completa.
Con la “guerra comercial” aún en curso, la
oportunidad de crecer en una crisis está dada. Por supuesto que no será fácil
mejorar (o, en algunos casos, crear) estos servicios, significará un
reordenamiento de muchos factores y la necesidad de que todos los actores
involucrados tengan opinión y voto; pero, si no comenzamos pronto, estaremos
perdiendo una oportunidad única para sobresalir: solo dependemos de nosotros
para ir acorazándonos y ofrecer mejores opciones para seguir fortaleciendo el
comercio internacional.
El
autor es director general Maersk para la Costa Oeste Sudamérica.
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