En 1991 se inició
la reforma financiera en el Perú. Una tarea de largo aliento que incluyó la
disolución de la Banca de Fomento, el otorgamiento del rol como banco de segundo
piso a COFIDE, la creación del Fondo de Seguro de Depósitos, del sistema de
Cajas Rurales de Ahorro y Crédito, y del Sistema Privado de Pensiones, y la
eliminación de cualquier control a las tasas de interés. Además, se apuesta
por la libre competencia y la igualdad de trato, tanto para las inversiones
nacionales como extranjeras, la introducción de la regulación prudencial y la
adopción de recomendaciones del Comité de Basilea.
Es importante
destacar que estas reformas se empiezan a dar en una coyuntura complicada para
el país, caracterizada por una severa crisis económica, desabastecimiento de
productos de primera necesidad, precios elevados, importante déficit fiscal,
baja presión tributaria, baja intermediación financiera (se llegó a niveles menores
al 3% en lo que respecta al ratio Créditos / PBI), como consecuencia de la
existencia de límites a las tasas de interés, lo que generó a su vez una
elevada informalidad financiera.
LEY GENERAL DEL SISTEMA FINANCIERO
En 1996 se
profundizó la reforma financiera iniciada en 1991. En diciembre de ese año se
publicó la Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y
Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros (Ley 26702). Esta norma se
emitió con el objetivo de fortalecer el sistema financiero y consolidar a la
Superintendencia de Banca, Seguros y AFP en su calidad de órgano rector y
supervisor del sistema financiero nacional.
El fin último es
contribuir en mayor medida al desarrollo nacional. Así, esta Ley incorporó
recomendaciones relacionadas con el Acuerdo de Basilea de 1988 y 1991. Entre
ellas está la regulación para la administración del riesgo crediticio y riesgo
de mercado.
Además, se incluyó
también la supervisión no sólo a los intermediarios financieros sino también a
las empresas que forman parte del mismo conglomerado. Es decir, se apuntó a
lograr una supervisión consolidada.
Estas y otras
reformas, aunadas al buen desempeño macroeconómico del país han colocado al
sistema financiero peruano entre los más dinámicos y sólidos del mundo, con
excelentes indicadores de calidad de la cartera crediticia, solvencia,
liquidez, eficiencia y rentabilidad. Una situación positiva que se ha venido
sosteniendo en el tiempo hasta el día de hoy.
A ello se suma el
esfuerzo constante por innovar, crear nuevos productos financieros, canales de
atención, buscando satisfacer las necesidades del consumidor y mejorar la
calidad de los servicios para más peruanos. Un ejemplo de ello es la billetera
electrónica o billetera móvil (BIM), lanzada a inicios de este año por los
bancos asociados a la Asociación de Bancos (ASBANC) en coordinación con otras
entidades del sistema financiero.
Estos últimos
invitados a incorporarse a esta iniciativa; mostrando así, un gesto de
desprendimiento del sistema bancario en beneficio del país. El dinero
electrónico es una herramienta potente e interoperable a través de la cual se
puede realizar operaciones seguras mediante los teléfonos móviles,
prescindiendo del uso de efectivo o de otros medios.
Asimismo, la actual
normativa del sistema financiero permite que el Perú cuente con el mejor
entorno para la inclusión financiera. Así lo sostuvo la última versión del
Microscopio Global 2016, reporte que evalúa el entorno normativo y regulatorio
para la inclusión financiera en base a doce indicadores de 55 países.
En este estudio se
examina el ambiente institucional y las políticas públicas que promuevan que la
oferta de productos financieros llegue a sectores de la población de bajos
ingresos. El Perú se ha ubicado en el primer lugar; un reconocimiento que ha
venido recibiendo consecutivamente en los últimos 9 años.
Así, al revisar
cada uno de los indicadores que comprenden el reporte señalado en el párrafo
anterior, vemos que nuestro país lidera la lista en varios de ellos como por
ejemplo en la capacidad de regulación y supervisión para la inclusión
financiera, regulación y supervisión de carteras de crédito, regulación de
seguros dirigidos a poblaciones de bajos ingresos, regulación y supervisión de
sucursales y agentes corresponsales, sistemas de información crediticia, reglas
de conducta de mercado y mecanismos de reclamación y operación de los
mecanismos de resolución de controversias.
HACIA EL FUTURO
Para continuar con
un sistema financiero robusto es vital que se continúe con el fortalecimiento
de las instituciones defensoras del consumidor y la transparencia de la
información. En este punto importante resaltar que la banca viene trabajando
mediante iniciativas como el Sistema de Relaciones con el Consumidor de ASBANC.
Además, el marco normativo debe seguir promoviendo el ingreso de más entidades
financieras al país y proteger al mercado de cualquier intento que busque
introducir distorsiones como son los topes a las tasas de interés. Todo ello
permitirá alcanzar el gran objetivo que se requiere, impulsar la inclusión financiera
en el país.
Asimismo,
consideramos que existen aspectos que pueden mejorarse y en los cuales se debe
trabajar, los mismos que se resumen en los siguientes puntos:
Se debe tomar en
cuenta los costos que las entidades financieras asumen como consecuencia de los
nuevos marcos regulatorios que exigen mayor cantidad de información que debe
remitirse a los supervisores. En este punto, si bien se valora la información
que es solicitada, es necesario que se considere que la suma de normas y
cambios en la supervisión y regulación pueden significar una carga excesiva que
complique las operaciones, las encarezca e induzca el surgimiento de mayor
informalidad.
En la historia, las
entidades financieras privadas han demostrado una alta proactividad y vocación
por el cambio y la innovación en la búsqueda de adaptarse a las nuevas
exigencias de los consumidores. Un esfuerzo que debe ser acompañado por las
normas en el sistema. Asimismo, en este contexto de cambios tecnológicos e
innovación financiera han aparecido 3 nuevos actores que prestan servicios
financieros en competencia directa con la banca, pero que no cuentan con la
debida supervisión y exigencias estatales. Acá el gran desafío es tener una
regulación equilibrada que busque igualdad de condiciones entre los que
participan en el mercado, no traiga costos excesivos al sector, se preserve la
rentabilidad, no inhiba las innovaciones financieras y contribuya al
crecimiento económico y al acceso al sistema bancario.
COOPERATIVAS
Otro desafío es la
incorporación de las Cooperativas de Ahorro y Créditos a una supervisión plena
por parte de la SBS y de ese modo poder conocer de manera clara la fortaleza
financiera de esas instituciones y así mitigar los riesgos que se pueden
generar en el sistema financiero.
Igualmente, de importante
que los puntos anteriores, es el acceso de la Unidad de Inteligencia Financiera
(UIF) a la información sujeta al secreto bancario en caso de operaciones
sospechosas de lavado de activos. Así, el levantamiento del secreto bancario y
de la reserva tributaria -con arreglo a Ley y para fines de inteligencia
financiera- es una medida vital para el combate del tráfico ilícito de drogas y
el terrorismo. El que la UIF tenga acceso a dicha información permitirá
elaborar mejores informes para el Ministerio Público y la reducción de plazos
de la investigación. También impedirá que los investigados tomen acciones que
imposibiliten la eficaz y oportuna acción de la justicia contra ellos o su
patrimonio. A ello se suma que el Estado podrá cumplir con estándares,
recomendaciones y compromisos internacionales; y a su vez cumplir con un
requisito para el ingreso del Perú a la OCDE; entre otros.
Finalmente, si bien
es importante reconocer los avances alcanzados en los últimos años, aún hay
mucho por hacer para superar los obstáculos presentes, y para ello se requiere
la suma de esfuerzos del sector público y privado, en tanto se orienten a
solucionar las deficiencias estructurales nacionales, como los importantes
niveles de pobreza e informalidad, déficit de garantías, altos costos de
transacción como consecuencia de insuficiente infraestructura vial y de
comunicaciones, y una baja educación financiera. El potencial de nuestro país y
de nuestra banca es enorme, por lo que debe trabajarse en conjunto y rápido
para alcanzarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario