Por Janet Mogollón Pérez / LIMA
Al final
del año pasado, el cooperativismo peruano estuvo celebrando el medio siglo de
la primera Ley General del Cooperativismo. Efectivamente, el movimiento
cooperativo peruano celebró sus primeros 50 años de institucionalidad oficial,
aunque la actividad cooperativa tiene en el país muchos lustros, iniciándose
aún en el incanato.
El 14 de
diciembre de todos los años se celebra el Día del Cooperativismo Peruano porque
el 14 de diciembre de 1964, cuando era presidente el Arq. Fernando Belaunde
Terry, se promulgó, mediante el Decreto Supremo Nº 023, la primera Ley General
de Cooperativas Nº 15260. Esta ley reconoció al cooperativismo como un sistema
eficaz para contribuir al desarrollo económico, al fortalecimiento de la
democracia y a la realización de la justicia social.
El modelo
cooperativo es tan importante en el mundo que el año 2012 fue declarado por las
Naciones Unidas como el “Año Internacional de las Cooperativas”. Por esa razón,
el movimiento cooperativo peruano está realizando una serie de certámenes y
actividades para conmemorar este importante acontecimiento.
En la
actualidad, las cooperativas están consideradas como parte de la economía
solidaria y social, y por lo tanto aportan a la sociedad lo siguiente:
·
Generan
nuevos y mayores empleos.
·
Contribuyen
con sus tributos mediante sus empresas.
·
Entrenan
y capacitan mano de obra calificada.
·
Ayudan
a la formalización de los emprendedores.
·
Proveen
servicios básicos de salud y educación.
·
Contribuyen
con el desarrollo económico y social.
·
Ayudan
a bajar los niveles de la pobreza extrema.
·
Aportan
mejores niveles de vida para sus socios.
El
cooperativismo nació por la propuesta de 28 trabajadores ingleses en 1844, que
decidieron formar una asociación de ayuda mutua. Los objetivos principales
de esta primera cooperativa fueron: abrir un almacén de consumo para la venta
de alimentos y ropa; comprar y construir casas para los socios; mejorar la
situación doméstica y social mediante la ayuda recíproca; y crear un taller ocupacional para socios
desempleados.
En la
actualidad, el movimiento cooperativo está viviendo una etapa de transición,
porque hay quienes quieren ver al cooperativismo como una actividad lucrativa
como son las instituciones financieras en general.
Buscan
legislar al cooperativismo como si fuera una organización comercial o bancaria.
Es verdad que hay diversas tipologías de cooperativismo, pero éstas difieren en
el trabajo que realizan, pero todas tienen como eje transversal a la
solidaridad.
Si bien es
cierto que hay diversas clases de cooperativas, éstas no se pueden legislar de
la misma manera. Las cooperativas de ahorro y crédito que son supervisadas por
la SBS y la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú
(Fenacrep) son, por ejemplo, distintas a las cooperativas agrícolas o cooperativas
de servicios múltiples o especiales.
También es
verdad que por la culpa de algunas organizaciones que optan por el nombre de
“cooperativas” y que no lo son, porque evitan ser supervisadas por las
autoridades del sector, todas las organizaciones tengan que sufrir las
consecuencias de una mala gestión.
El
cooperativismo, ha demostrado que sigue siendo una alternativa de vida que
promueve actividades emprendedoras que benefician a los asociados miembros de
la organización.
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* Janet Mogollón es consultora del Instituto
Interamericano de Finanzas Populares y Economía Solidaria / FINANPOS.
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