jueves, 26 de marzo de 2015

DESPUÉS DE MEDIO SIGLO DE COOPERATIVISMO

Por Janet Mogollón Pérez / LIMA
Al final del año pasado, el cooperativismo peruano estuvo celebrando el medio siglo de la primera Ley General del Cooperativismo. Efectivamente, el movimiento cooperativo peruano celebró sus primeros 50 años de institucionalidad oficial, aunque la actividad cooperativa tiene en el país muchos lustros, iniciándose aún en el incanato.
El 14 de diciembre de todos los años se celebra el Día del Cooperativismo Peruano porque el 14 de diciembre de 1964, cuando era presidente el Arq. Fernando Belaunde Terry, se promulgó, mediante el Decreto Supremo Nº 023, la primera Ley General de Cooperativas Nº 15260. Esta ley reconoció al cooperativismo como un sistema eficaz para contribuir al desarrollo económico, al fortalecimiento de la democracia y a la realización de la justicia social.
El modelo cooperativo es tan importante en el mundo que el año 2012 fue declarado por las Naciones Unidas como el “Año Internacional de las Cooperativas”. Por esa razón, el movimiento cooperativo peruano está realizando una serie de certámenes y actividades para conmemorar este importante acontecimiento.
En la actualidad, las cooperativas están consideradas como parte de la economía solidaria y social, y por lo tanto aportan a la sociedad lo siguiente:
·         Generan nuevos y mayores empleos.
·         Contribuyen con sus tributos mediante sus empresas.
·         Entrenan y capacitan mano de obra calificada.
·         Ayudan a la formalización de los emprendedores.
·         Proveen servicios básicos de salud y educación.
·         Contribuyen con el desarrollo económico y social.
·         Ayudan a bajar los niveles de la pobreza extrema.
·         Aportan mejores niveles de vida para sus socios.
El cooperativismo nació por la propuesta de 28 trabajadores ingleses en 1844, que decidieron formar una asociación de ayuda mutua. Los objetivos principales de esta primera cooperativa fueron: abrir un almacén de consumo para la venta de alimentos y ropa; comprar y construir casas para los socios; mejorar la situación doméstica y social mediante la ayuda recíproca; y  crear un taller ocupacional para socios desempleados.
En la actualidad, el movimiento cooperativo está viviendo una etapa de transición, porque hay quienes quieren ver al cooperativismo como una actividad lucrativa como son las instituciones financieras en general.
Buscan legislar al cooperativismo como si fuera una organización comercial o bancaria. Es verdad que hay diversas tipologías de cooperativismo, pero éstas difieren en el trabajo que realizan, pero todas tienen como eje transversal a la solidaridad.
Si bien es cierto que hay diversas clases de cooperativas, éstas no se pueden legislar de la misma manera. Las cooperativas de ahorro y crédito que son supervisadas por la SBS y la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú (Fenacrep) son, por ejemplo, distintas a las cooperativas agrícolas o cooperativas de servicios múltiples o especiales.
También es verdad que por la culpa de algunas organizaciones que optan por el nombre de “cooperativas” y que no lo son, porque evitan ser supervisadas por las autoridades del sector, todas las organizaciones tengan que sufrir las consecuencias de una mala gestión.
El cooperativismo, ha demostrado que sigue siendo una alternativa de vida que promueve actividades emprendedoras que benefician a los asociados miembros de la organización.
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*  Janet Mogollón es consultora del Instituto Interamericano de Finanzas Populares y Economía Solidaria / FINANPOS.

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