jueves, 23 de julio de 2015

LA "COOPERATIVIZACIÓN" Y LA "BANCARIZACIÓN"

Por César Sánchez Martínez
Director del Instituto FINANPOS
Es irónico, contrastable y comparable la situación que vive el cooperativismo peruano. Mientras por un lado, hay quienes atentan contra el modelo, por desconocimiento o intereses particulares; por el otro lado, en naciones vecinas y países industrializados, el modelo es alentado y promocionado como alternativa de desarrollo social.
En la viña del Señor se ha dicho y escrito de todo en los últimos meses. Hay quienes proponen que las cooperativas de ahorro y crédito sean supervisadas y reguladas como si fueran entidades financieras, olvidando que habría que aplicar a las cooperativas las normas y regulaciones bancarias que las mismas entidades financieras no logran cumplir a cabalidad por los riesgos del mercado, sujetos a realidades foráneas y cambiantes, siendo el reciente ejemplo, la Caja Rural “Señor de Lúren”.
Hay otros que incentivan que las cooperativas sean tratadas como sociedades, ignorando que son sui géneris en su naturaleza, porque los asociados o socios son también los mismos clientes. Se pretendió normarlas en el marco de facultades legislativas “extraordinarias”. Y es irónico, porque tanto el cooperativismo como las finanzas, vía “bancarización” contribuyen al desarrollo económico del país.
El movimiento cooperativo peruano tiene más de 50 años de institucionalidad, sin contar los principios desarrollados que tienen más de un centenar de años en el país y con resultados financieros y sociales altamente positivos y medibles. La presencia de algunas empresas u organizaciones llamadas “cooperativas”, que no son supervisadas por nadie, no significa que todo el movimiento cooperativo actúa en forma irregular. En el pasado, algunos bancos quebraron y hasta se hicieron leyes con nombres propios, y no por eso, todos los bancos son malos y actúan en forma irregular.
El cooperativismo tiene valores y principio sólidos, razón por la cual su naturaleza organizacional permite obtener rentabilidad social y financiera para todos los asociados. Además, en el caso de las cooperativas de ahorro y crédito, la FENACREP (Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú) tiene la responsabilidad de supervisarlas.
Es importante destacar que a diciembre del 2014, el número de socios de las 163 cooperativas supervisadas por la FENACREP fue de 1¹000,413, (ahora son más) cifra que representó un incremento del 12.16% respecto a 2013. Es decir, hay cada vez nuevos asociados cooperativistas en Perú. A diferencia de la “bancarización”, la población tiene mayor confianza en las cooperativas, porque éstas se promocionan básicamente, no con anuncios publicitarios, sino por el consejo de amigos y familiares que reciben los beneficios de una cooperativa. El simple y gratuito consejo de la comadre, influencia más que el bonito spot publicitario de la televisión que costó miles de soles.
La “bancarización” oscila entre el 25% y 40% de la población, según diversas fuentes y estudios y la promoción de la misma es realizada aún por las entidades gubernamentales. La “cooperativización” está por debajo de ese porcentaje y no tiene ente promotor en el sector gubernamental. Se estima que la población mayor de edad que ahorra en las cooperativas está entre el 12% y 15%, es decir, más de 1.4 millones de personas, según las cifras públicas. La FENACREP revela que al cierre de 2013, había solamente en las cooperativas de ahorra y crédito 1.26 millones de ahorroristas.
No obstante los esfuerzos que se hacen para alcanzar un mayor nivel de “bancarización” en el país. Aún no se tienen cifras exactas sobre el tema y todavía se discute qué es “bancarización”. ¿Cuándo una persona está “bancarizada”? ¿Bastará sólo hacer una transacción por el celular para decir que eso es “bancarizada”?
En esta misma perspectiva, la “cooperativización” también podría tener limitaciones en el futuro. ¿Será suficiente que una persona se inscriba en una cooperativa para decir que es “cooperativista”? ¿Qué es ser “cooperativista”? Es necesario distinguir entre los aportes a la cooperativa y los ahorros personales. La educación cooperativa es clave para responder estas interrogantes.
Entre las grandes finanzas y el cooperativismo hay una bisagra llamada “microfinanzas”. El microcrédito que un banco no lo puede otorgar, pero sí una cooperativa, desde hace más de treinta años lo hacen las cajas municipales, financieras, cajas rurales, Edpyme y organizaciones no gubernamentales de desarrollo. Los bancos comunales reflejan esa mistura entre microfinanzas y cooperativismo en el ámbito de las finanzas populares y economía solidarias.

En Perú se prevé alcanzar el 50% de “bancarización” en tres años aproximadamente y el 60% en cinco años, usando la tecnología de las telecomunicaciones y la banca móvil.

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