La necesidad de establecer una
política nacional orientada a masificar la venta y el consumo de productos
orgánicos, así como establecer un severo control de los productos que se
expende en los principales centros de abastos del país, fue destacada en el foro
‘Políticas para acercar productores agroecológicos y consumidores
responsables’. Se trata de ampliar la gama de
productos provenientes de la agricultura ecológica demandados por un creciente
sector de consumidores responsables por su alimentación, salud y el cuidado del
ambiente.
Esta tendencia nueva en el
consumo y en el mercado requiere ser fortalecida por políticas, programas y
proyectos de nivel local y por una articulación virtuosa de la oferta y la
demanda a través del acceso de los agricultores agroecológicos a los mercados.
Estos conceptos fueron
vertidos en el evento que se desarrolló en la ‘Sala Raúl Porras Barrenechea’,
organizado por el congresista Jaime Delgado, coordinador del Frente
Parlamentario contra el Hambre; el Consorcio Agroecológico y la FAO en el Perú,
representados por Fernando Alvarado de la Fuente y John Preissing,
respectivamente.
El foro estaba dirigido
también a analizar propuestas para aumentar el número de productores y áreas de
cultivo de productos agroecológicos en todo el país.
Sin embargo, al inaugurar el
evento, Jaime Delgado comentó que esas propuestas se enfrentan a la falta de
interés de los municipios, en particular la Municipalidad Metropolitana de
Lima, que no fiscaliza los productos que ingresan al Mercado de Santa Anita,
por lo que se desconoce si están cultivados con pesticidas o plaguicidas, y si
son orgánicos o inorgánicos.
EXPORTACIONES
Según Alvarado de la Fuente,
el Perú exportó productos agroecológicos por valor de 380 millones de dólares,
pero en el mercado nacional las ventas alcanzaron a solo 10 millones de
dólares. De lo que se trata, entonces, es de buscar que atraer a más
consumidores nacionales y extranjeros, revalorando algunos productos, como el
caso de la quinua que antes se cultivaba solo para alimentar a los pollos y
ahora se ha convertido en un producto de consumo humano masivo, lo que ha
elevado su valor considerablemente.
Al respecto, el catedrático
Roberto Ugás, de la Universidad Nacional Agraria (UNA-La Molina), refirió que
en el 2014 el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) registró a 604
operadores (productores asociados en cooperativas, principalmente), que
agrupaban a 65,839 unidades productoras, que a su vez comprendía a 39,123
agricultores individuales, que cultivaban diversos productos orgánicos en
486,601 hectáreas en cinco regiones (Madre de Dios, Junín, San Martín,
Cajamarca y Cusco).
Ahora lo que se busca, dijo el
especialista es mejorar la salud de la tierra, los ecosistemas y las personas,
y enfrentar la proliferación de los plaguicidas, la resistencia a estas, la
pérdida de la capacidad productiva de los suelos, el deterioro de las aguas
superficiales y subterráneas, la pérdida de biodiversidad y la exclusión de los
agricultores más pobres, entre otros problemas.
El expositor advirtió,
asimismo, sobre lo que viene ocurriendo con la quinua, cuyo cultivo de una o
dos variedades, se ha extendido en la costa para atender su gran demanda. Sin
embargo, ello se viene logrando con el uso de plaguicidas y fertilizantes
sintéticos, entre otros, lo que ha abierto las puertas a plagas y enfermedades
descontroladas.
Esa quinua así producida,
prosiguió, es la que viene consumiendo la mayoría de peruanos de la costa, ya
que es rechazada en mercados del exterior por los restos de plaguicidas que
contiene.
En el evento participaron
también, como expositores, Francisco Flores y Alejandra Benavente, del Centro
de Investigaciones de la Universidad del Pacífico, quienes explicaron las
‘Determinantes de la compra de productos orgánicos’ sobre la base de un estudio
realizado en bioferias, mercados y supermercados de los principales distritos
de Lima; Katherine Meléndez, de la Red de Agricultura Ecológica (RAE-Perú); y
Moisés Quispe Quispe, de la Asociación Nacional de Productores
Ecológicos (ANPE Perú).
Por último, Carlos Lazo,
responsable del proyecto Cadenas Agroalimentarias Gastronómicas Inclusivas, se
refirió a las ferias agropecuarias Mistura, que funcionan en tres distritos de
Lima, donde se expende productos orgánicos que venden los mismos productores,
sin intermediación alguna.
Las ferias funcionan los
domingos en la avenida Brasil, y en las plazas principales de Los Olivos y de
La Punta, en el Callao, en coordinación con los municipios locales En ellos se
expende solo productos para consumo humano directo (frutas y verduras).
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