viernes, 4 de septiembre de 2020

LOS TRASTORNOS MENTALES EN AMÉRICA LATINA SE AGRAVARON CON LA PANDEMIA

JANET MOGOLLÓN PÉREZ

La pandemia ha generado que diversos trastornos psicológicos en América Latina y el Caribe aumenten y limiten el buen desempeño de algunas personas. La prevención, atención y rehabilitación de personas afectadas por trastornos mentales constituyen un problema sanitario creciente en la región. Para poder hacer frente a la creciente carga sanitaria de las enfermedades mentales en esta parte del hemisferio, es menester entender su prevalencia y la atención para atender a las personas en el momento oportuno. Frente a la crisis emocional que está dejando la pandemia, se busca examinar las tasas de prevalencia basadas en los respectivos estudios epidemiológicos y revisar los datos disponibles sobre el uso de los servicios de salud mental, para tener una idea exacta de la magnitud del problema que ya viene causando estragos en la población regional.
Diversas investigaciones ya empezaron y para cumplir éstas con los objetivos se escogieron los trastornos siguientes, que si bien es cierto no están directamente vinculados con el coronavirus COVID-19, la salud mental de algunas personas si se han visto agravadas por la crisis sanitaria global. Los trastornos son:
·        La psicosis.
·        La depresión mayor
·        La distimia.
·        El trastorno bipolar
·        El trastorno obsesivo-compulsivo.
·        Los trastornos de ansiedad.
·        El abuso y dependencia del alcohol.
·        El abuso de las drogas.
Es importante destacar que como resultado a las implicaciones sanitarias se examinaron las tasas de prevalencia correspondientes a períodos específicos, como, por ejemplo, la tasa de prevalencia actual correspondiente a la observada solo en el tiempo de aislamiento social. Aquí la angustia, el miedo y la incertidumbre de qué pasará después, impactó en distintos casos. La pandemia ha dejado una secuela de distorsiones que se derivarán en otras enfermedades. Hubo gente desesperada ante la muerte, contagio y coyuntura social.
También se consideró la tasa de prevalencia correspondiente al año anterior, para comparar casos. Obviamente, antes no hubo pandemia y es de suponer que los nuevos casos es resultado de la situación actual.
Como resultado de los casos presentados, existe una prevalencia actual que revela que muchas personas están en riesgo y necesitan atención médica. Aquí la situación se pone más compleja, porque en el caso peruano, la mayor parte de los centros de salud se han enfocado en la atención de la pandemia, y las clínicas que, si atienden, algunas de ellas, han elevado sus costos de atención, dejando desamparadas a muchas personas.
RESULTADOS
No debemos negarlo. En la actualidad existe una carga de enfermedades mentales.
La psicosis no afectiva y la esquizofrenia se observaron en el 1.4% (media) a 1.6 % (mediana) de la población en algún momento de la vida, antes de la pandemia. Es de suponer que estos porcentajes se han incrementado. Aún no termina la crisis sanitaria. No se pueden obtener conclusiones por ahora. Eso se puede analizar meses después. Que hay casos mayores y nuevos, eso es una verdad. El propio estrés y el confinamiento, ya son indicadores de lo que está ocurriendo en la actualidad.
Asimismo, la depresión mayor que mostraba una prevalencia media de 8.7%, 4.9% y 4.3% en algún momento de la vida, en la actualidad, no es la misma. Se debe considerar que esta depresión fue casi el doble en las mujeres.
En el caso del trastorno bipolar la tasa de prevalencia de vida tuvo una media de 1.4%.
Los trastornos de ansiedad mostraron una alta prevalencia en la población y fueron más frecuentes en mujeres que en varones. En este caso, también habría que considerar los nuevos porcentajes derivados por la pandemia.
Algo interesante en América Latina y el Caribe es que la crisis de pánico nuestra una tasa de 1.6%. Este trastorno que afecta más a mujeres, ha sido el más solicitado en las dependencias médicas que atendían casos fuera de la pandemia.
En conclusión, debemos advertir, sin temor a equivocarnos, que los trastornos que afectaron al mayor número de adultos fueron la depresión mayor, la distimia, los trastornos de ansiedad generalizada y el abuso del alcohol.
Una verdad que muchas veces se quiere ocultar es que en América Latina y el Caribe la brecha de los trastornos mentales es muy grande. Aún no hay estudios completos sobre el tema, sólo aproximaciones, pero la realidad la vemos en la familia y en el entorno que vivimos.
En la actualidad, hay personas que necesitan tratamiento y por las razones explicadas, no lo están recibiendo. En ese sentido, las administraciones gubernamentales hacen poco para mitigar esta realidad, o simplemente lo ignoran. Ya veremos a la siguiente generación que aparecerá con secuelas y consecuencias de la pandemia.
Esta realidad nos señala que existe una gran necesidad y que, a medida que aumente el número de personas con trastornos mentales, también se tendrá que usar nuevas metodologías para los tratamientos, porque el objetivo es brindar un mejor servicio y atención a estas personas.
Prevenir antes que lamentar
Existen niveles de atención, de prevención y atención primaria de la salud que se deriva en la atención primaria, secundaria y terciaria.
La atención de prevención primaria de la salud es implementar y desarrollar mejores estrategias para buscar la salud y el bienestar de las personas y su entorno, y éstos se pueden clasificar en:
Atención Primaria: Ejemplo consultorios, policlínicos y centros de salud.
Atención Secundaria: Consulta Interna, Psicología.
Atención Terciaria: Centros más especializados.
La pandemia ha agravado algunos trastornos y lo que se requiere es la promoción de la salud mental, que es un proceso que tiene por finalidad un mayor control en el bienestar de la salud.
Se afirma que “la prevención de la salud son acciones que se aplican para evitar el proceso de una enfermedad o problema de salud y este tenga mayor riesgo”. En América Latina y el Caribe, existen cuatro trastornos son relevantes:
·        Trastorno bipolar.
·        Depresión mayor.
·        Dependencia del alcohol.
·        Trastorno de ansiedad.
¿Cuál es la diferencia entre salud mental y trastorno mental? La salud mental es aquella cuando la persona materializa sus capacidades y es capaz de enfrentar cualquier situación. El trastorno mental es un desequilibrio emocional que viene acompañado de diversos síntomas (sentimientos, emociones, relación con otras personas, etc.)
Todo ello tiene implicaciones en las dimensiones de la salud como son:
·        Salud mental.
·        Salud espiritual.
·        Salud social.
·        Salud física.
·        Salud emocional.
Para ello se tiene que prevenir la enfermedad y promocionar la salud, que no son otra cosa que reducir los riesgos de la enfermedad y disminuir las complicaciones de la misma.

JANET MOGOLLÓN PÉREZ (Piura, 1969) es psicoterapeuta en Consejería y Orientación Familiar. Ha escrito y publicado artículos y comentarios de su especialidad en diversos periódicos y portales periodísticos. Trabaja más de nueve años con adolescentes, y en los últimos tres años, también lo hace con profesionales y jóvenes mayores.
janetmogollon@gmail.com

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