Por Andrés Alberto
Amico Arellano / LIMA
Literato y docente universitario
CULTURA Debo admitir que hasta hace unos meses no había leído
ningún texto del escritor peruano Cronwell Jara (Piura, 1950). Sin embargo, un
profesor amigo en la universidad en la que trabajo me comentó que habían
incluido una obra suya en el corpus de lecturas que desarrollaban en el
presente ciclo. El nombre del texto era Montacerdos.
Además del título, la breve, pero apasionada descripción que mi amigo hizo de
la novela me capturó de inmediato. Fui esa misma tarde a comprar el libro. Es
un texto muy corto. Se lee en una sentada, pero no por ello hay que cuestionar
su calidad y mucho menos su potencia. La narradora es una niña que forma parte
de una familia compuesta por su madre y su hermano menor.
La trama recoge una
realidad que afecta a miles de peruanos y que suele pasar totalmente
desapercibida para muchos: la migración interna y la invasión de terrenos en
las zonas de extrema pobreza de la ciudad. La historia comienza con la familia
llegando a un terral en el que busca un espacio en medio de varias casas
precarias para establecerse. No solo las condiciones materiales que enfrenta
esta familia son el tenor del relato, sino también el desprecio y la violencia
de los otros moradores. Jara logra con muy pocas palabras trasmitir la miseria,
el miedo y el odio de una manera magistral.
Aunque el texto es desgarrador por las pésimas condiciones
de vida que esta familia atraviesa, el personaje de Yococo, el hijo menor, permite
combinar estos elementos con la alegría, la inocencia y la pasión por vivir.
Justamente este personaje, a quien parece no afectarle las condiciones tan
deplorables en las que a él y a su familia les toca vivir, podría erigirse como
un personaje símbolo en la historia: paria entre los parias, desfavorecido en
todo, pero vital. Un muchacho que no duda en reír y montar a los cerdos que
vagan sueltos por las covachas en medio de la discriminación y la
pestilencia. Conmueve reconocer su cuerpo llagado, ya condenado de
antemano a la muerte, e ir en busca del
juego y de aquello que pueda brindarle motivos para vivir, no para mejorar,
porque eso es imposible en las condiciones dadas. Montacerdos debería ser un texto indispensable para todo peruano,
ya que nos muestra que el discurso del éxito, tan popular en nuestros tiempos,
y los eslóganes alegres no se condicen con una realidad en la que la pobreza y
la ignorancia aplastan despiadadamente a una gran mayoría. Ese determinismo
feroz se grafica de manera magistral en esta novela. La tarjeta de presentación
de Cronwell Jara en mi biblioteca ha sido contundente. No hay que dudar de él
cuando se cruce una obra suya en las librerías.
Registro bibliográfico
de la obra:
JARA, C. (2014). Montacerdos. 2ª
ed. Lima: Editorial San Marcos.
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